En O Barrio, en Rubiá, los vecinos costearon la rehabilitación de la iglesia parroquial en honor a la Asunción, la patrona. El fuego ha devorado el templo, con la única excepción de la sacristía. También se ha salvado la imagen de la virgen, restaurada este año. Estaba en una capilla del lugar próximo de O Castelo.
Este jueves, antes de abrir la puerta del templo que ha destrozado el incendio, el párroco Daniel Pérez, de 40 años, echó abajo un poco de pared, para ver si el acceso era seguro. El martes intentó pasar, pero la edificación aún sufría los estertores, en forma de bocanadas de humo.
“La desolación es total. La iglesia ha ardido completamente: no hay coro, ni bancos, ni santos, ni retablo ni por supuesto tejado”, relata ante las ruinas.
"Muchos vecinos se bautizaron, hicieron la comunión y se casaron en ella, lo que supone un dolor"
“Es una iglesia con mucho valor sentimental. El pueblo trabajó mucho para poder restaurarla, en la época del párroco anterior, don Herminio”, recuerda su sucesor.
“Además, muchos vecinos se bautizaron, hicieron la comunión y se casaron en ella, lo que supone un dolor. Un vecino me ha comentado que quiere aplazar el bautizo de su nieto, porque aunque en O Castelo tenemos capilla y ahora celebraremos las eucaristías allí, él me decía: ‘Ahí me casé yo y se bautizó mi otra nieta’. Es un cúmulo de sentimientos”, expone el cura.
Toca reconstruir. “Aún no he podido personarme en el ayuntamiento para denunciar. Tampoco he cuantificado los daños. Ni siquiera sé si valdrán las paredes”.