El Puente Romano, zona de entrada a la ciudad, sin oficina de turismo

La oficina de turismo que había abierto la Xunta en el Puente Romano, está cerrada desde hace tres años, pese a que este era el único punto de información con el que contaban los viajeros que llegan a Ourense, a través de ese puente histórico, que es ahora, zona de llegada desde la estación del AVE y también forma parte de la Vía da Plata de peregrinaje con destino a Santiago.

Como sustituta de esta oficina ubicada en un edifico de piedra anexo al puente, se abrió otra oficina de turismo provisional y que es casi desconocida para la mayoría, en calle Concejo.

Ediles del grupo socialista se desplazaron ayer hasta este entorno de la antigua Oficina de Turismo para recordar a la conselleira de Infraestructuras “que esta es una dotación privilegiada, cuya limpieza y puesta a punto estaba incluida en las obras de acondicionamiento del Puente Romano.

Letrero sin licencia

Exigen conocer también “el estado del proyecto de la fuente termal anunciada por la conselleira” en ese entorno ” y solicitan además, que el Concello aclare si la colocación del letrero “Ourense” se hizo sin la necesaria autorización de Patrimonio Ourense.

Los socialista reclaman “acciones inmediatas” por parte de la Xunta de Galicia para la recuperación de la oficina de turismo en el Puente Romano, que se encuentra operando ahora en el número 12 de la calle Concejo, en una localización que pasa totalmente inadvertida para cualquiera de dentro y de fuera de Ourense y que, supuestamente, representaba una solución temporal mientras se acometían las obras de acondicionamiento del entorno del puente”, señalan.

“En este lugar, que debería ser polo de atracción de Ourense, nos encontramos con una oficina de turismo cerrada y abandonada”, denunció el portavoz socialista municipal, Rafa Villarino, acompañado. Lamentó esta situación de “símbolo del empobrecimiento termal, cultural y turístico que está padeciendo Ourense”.

Además, los socialistas recuerdan que este equipamiento está situado en plena Vía da Plata, un camino por el que pasan millares de peregrinos y tras la llegada del AVE se produjo un aumento significativo de visitantes y turistas “que encuentran una oficina de información vandalizada y sin servicio”.

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