“Toda la vida estaba con sus relojes, era un gran aficionado, le gustaban mucho las marcas Omega o Zenith. Había una frase que siempre nos decía: ‘Este es un reloj de clase mundial’”. Aquella pasión del abuelo por medir –y lucir– el tiempo en su muñeca arraigó profundamente en los nietos.
Los hermanos ourensanos Héctor y Santiago Pérez Salgado impulsan un proyecto con impronta familiar, diseño gallego y la precisa y apreciada fabricación suiza. Han creado una marca de relojes de pulsera de alta calidad. Se llama Minor, la adaptación al inglés del segundo apellido de su abuelo, Santiago Salgado Menor, que falleció en 2019, a los 90 años.
"Nos ilusiona, por ese homenaje al abuelo"
Poco antes, en 2018, los dos nietos empezaron con la iniciativa, que ha requerido varias fases hasta poder lanzar al mercado la primera colección, un primer diseño con cinco modelos que se llama ‘Heritage’, herencia en inglés, de nuevo en un guiño al antepasado.
“Nos ilusiona, por ese homenaje al abuelo, y nos genera mucha satisfacción personal, porque hemos invertido tiempo y dinero. Ha sido un proceso muy largo, con muchos meses de esperas para los planos, los prototipos y la fabricación, además de trabajar en la página web o contactar con empresas de transportes y de fabricación de correas”, enumera Héctor, de 39 años.
“Partimos de la idea de hacer un proyecto que tuviera relación con nuestra familia, sobre todo con nuestro abuelo. Buscamos la manera de vincular el proyecto con él, y nos dimos cuenta de que la mejor forma era a través del nombre de la marca. La traducción de su apellido al inglés sonaba bien, era corto, nos gustaba”, recuerda Héctor.
Una vez que alumbraron la iniciativa, los dos hermanos se pusieron a buscar proveedores en Suiza, los denominados private label.
“La fabricación suiza nos da garantía a nosotros y revierte en el cliente. Su forma de trabajar es metódica y muy seria. Si te dicen que el plazo de entrega será de cuatro meses, lo clavan”
“Partimos de un diseño propio, nuestro, con la colaboración desde el minuto uno de Javier Requejo, que ha estado involucrado totalmente en el diseño, en las formas materiales y en la elección de colores”, señala el hermano mayor.
“Sobre el diseño elegido se hace un desarrollo técnico, con planos, como si fueran los de una casa, con ancho, diámetro, cotas, largo, tamaño de la esfera, tamaño del bisel...”, explica Héctor.
“A partir de los planos técnicos se fabrican los prototipos. Una vez que están validados muestran cómo quedará el reloj”, completa. “La fabricación suiza nos da garantía a nosotros y revierte en el cliente. Su forma de trabajar es metódica y muy seria. Si te dicen que el plazo de entrega será de cuatro meses, lo clavan”, valora.
La colección de lanzamiento de Minor ofrece relojes automáticos –tres agujas– con cinco esferas diferentes que se pueden combinar con distintas correas de piel curtida de primera calidad, fabricadas a mano en Jaén por Jacob Straps, “muy reconocido en el mundo de la relojería”.
Héctor y Santiago pretenden que este primer diseño se establezca en el mercado, primero, aunque no descartan en unos meses plantear una nueva colección mediante alguna modificación sobre la base actual.
En la época de los smartwatches que registran varios parámetros, en los que medir y mostrar la hora casi es lo de menos, el objetivo de Minor es diferenciarse a través de la “estética, el estilo, la elegancia y la distinción”, subraya Héctor.
El perfil de cliente que usa relojes automáticos de calidad suele ser mayor de 35 años. “Nosotros también intentamos hacer atractiva la colección a personas más jóvenes, de ahí que utilicemos una combinación de colores atractivos, para llegar a un abanico de compradores desde los 25 años. No es el público habitual, pero ya hemos recibido un buen feedback, como el de un chico de 22 años de Estados Unidos al que le han gustado mucho”, indica el hermano mayor.
España es el mercado en el que Héctor y Santiago se centran en los comienzos de su aventura empresarial, aunque también es posible realizar pedidos y recibir los envíos, de forma gratuita y en cualquier lugar del mundo, a través de la página web de la marca: minorwatches.com.
“A corto plazo queremos hacernos un nombre, que nuestra marca resulte conocida, por lo que será una actividad complementaria a nuestros respectivos trabajos. Pero en el futuro, quién sabe si podría ser nuestra actividad principal”
“Nuestro primer objetivo durante el primero año es que nos conozcan, que Minor empiece a sonar, que a la gente le guste nuestro proyecto y compre nuestros relojes. Vamos a empezar a vender también a través de otra página web, en Irlanda, y trabajaremos con una distribuidora en Estados Unidos. También vamos a intentar tener presencia en algunas joyerías y relojerías de varios puntos de España”, añade Héctor.
“A corto plazo queremos hacernos un nombre, que nuestra marca resulte conocida, por lo que será una actividad complementaria a nuestros respectivos trabajos. Pero en el futuro, quién sabe si podría ser nuestra actividad principal”, responde Santiago, de 35 años.
Como mínimo, y no es poco, habrá colmado la ilusión personal de estos nietos, que han conseguido materializar una idea que debe mucho a la pasión por los relojes de pulsera que les inculcó el abuelo Menor.
