‘Allo de can’, un pegamento natural con una flor hermosa

La planta, que antiguamente se usaba para encolar libros y cuadernos, se encuentra en acusada regresión en O Ribeiro

Planta de ‘allo de can’.   | // FDV

Planta de ‘allo de can’. | // FDV / L.F.

L.F.

Ourense

Las plantas tienen propiedades de diversa índole, algunas muy curiosas, como es el caso del “allo de can”, cuyo nombre científico es Hyacinthoides non-scripta. Al llegar mayo pierde sus flores y reconcentra en el bulbo todos los elementos que le permitirán reproducirse dentro de un año, a principios de una nueva primavera. Esta especie destaca por ser un fuerte pegamento que antiguamente se utilizaba incluso para encolar libros y cuadernos. Y como otras plantas del bosque Ridimoas, en Beade, se encuentra en regresión en O Ribeiro del Avia, debido a los desmontes y a los herbicidas.

En Ridimoas, el “allo de can” encuentra su mejor hábitat en el sotobosque de la “carballeira” del Barbaña, en las proximidades del riachuelo de Caldelas. Antiguamente era frecuente utilizar su bulbo para pegar cosas. De hecho, observa Pablo Rodríguez Oitabén, presidente de la asociación, que “huele mucho a pegamento”, y recuerda que se utilizaba para “pegar los cromos y hacer cometas, y no se despegaban más”.

A mayores, destaca que era incoloro y no manchaba. Asegura que mucha gente sabía que era un pegamento fuerte, y de hecho su bulbo “se podía guardar en un tarro todo el año”, en una época en la que “no había tiendas y la economía no era buena”, recuerda.

El problema de los herbicidas

Es una planta tan especial que en el Reino Unido está protegida por ley. Allí, desenterrar o comercializar con sus bulbos es considerado delito. Piensa que en Galicia se debería seguir ese ejemplo y “acometer con seriedad la conservación de nuestras flores silvestres”.

El “allo de can”, lamenta Oitabén, “no está en extinción pero sí en regresión acusada”. Explica que hay plantas “que vemos que están desapareciendo y otras ya desaparecieron por los herbicidas sistémicos que matan la planta desde la raíz”.

Para intentar conservarlas “tratamos de transplantarlas pero no es fácil”. Y para que las personas que visitan el bosque Ridimoas puedan apreciarlas “hacemos visitas de poca gente para que se fijen en estas cosas también”. A mayores, se realizan limpiezas cuando pasa la floración para no perder la polinización.

En el caso del “allo de can” no solo se perdería una hermosa flor silvestre sino también un potente pegamento natural.

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