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El talento de Aeroespacial e Informática vuela en un dron

Una aeronave diseñada y fabricada por 27 estudiantes del campus de Ourense participó en Múnich en una competición entre universidades, tras dos años de trabajo en equipo

Así es el dron CORV-0 diseñado y fabricado en el campus de Ourense. DUVI

Un dron diseñado, fabricado y ensamblado por 27 estudiantes del campus de Ourense, de la Escuela de Ingeniería Aeronáutica y del Espacio, y de la Escuela Superior de Ingeniería Informática, finalizó en el puesto 21 en la Air Cargo Challenge, una de las competiciones entre universidades aeronáuticas más importantes de Europa, en la que participaron 26 equipos universitarios de un total de 13 países. La prueba se disputó en la ciudad alemana de Múnich entre los días 5 y 9 de julio.

Por primera vez hubo representación gallega en este certamen, gracias al equipo de aeromodelismo de la Universidad de Vigo, el UVigo Aerotech. Compitieron con su aeromodelo CORV-0, fruto de dos años de trabajo y con una envergadura de 2,2 metros, la distancia entre las alas. Puede alcanzar una velocidad máxima de 90 kilómetros por hora y tiene una carga útil de 1,2 kilogramos.

“Fue nuestra primera competición. El reto era llegar a participar con un dron hecho por nosotros, y lo conseguimos. Más allá de cualquier resultado numérico, estamos muy satisfechos con la experiencia vivida, y muy orgullos del trabajo”, comentan desde el equipo.

Estudiantes del campus que han participado en el proyecto, con el dron. DUVI

Una aeronave con uso médico

Entre las señas de identidad de esta aeronave con sello ourensano se encuentran sus prestaciones, entre las que destacan el diseño aerodinámico propio, optimizado para la competición, así como el diseño de las superficies de control o la estructura, fabricada en fibra de carbono.

En la edición de este año de la Air Cargo Challenge, la competición consistió en completar un circuito transportando la mayor carga posible de bolsas de sangre, como si la aeronave fuera un dron médico. Los participantes fueron evaluados según las pruebas de vuelo, la inspección técnica de la aeronave y la ingeniería detrás del diseño. En el cómputo general, el equipo de la UVigo se situó en el puesto 21, con 216 puntos.

El CORV-0 consiguió superar con éxito la inspección técnica. Desde el equipo del campus de Ourense destacan la puntuación recibida en el apartado de planos y videopresentación, una de las más altas de la competición. Además, consiguieron ser los participantes que colocaron en menos tiempo la carga en la aeronave.

En las pruebas de vuelo es en las que los gallegos tuvieron mayores dificultades. Pese a lograr volar en dos ocasiones, no obtuvieron puntuación en el apartado de vuelos oficiales, debido a problemas provocados por el estado de la pista y las condiciones meteorológicas, que dificultaron el despegue del dron.

Ajustes en la aeronave durante la competición en Alemania. DUVI

Conseguir puntuar en los vuelos oficiales, indican desde la universidad, “es muy difícil, porque exige un despegue y un aterrizaje perfectos, algo que muchos equipos no logramos”. En cualquier caso, valoran que el avión no haya sufrido ningún problema crítico de vuelo. “Estaba preparado para poder enfrentarse a estas situaciones y contábamos con piezas de recambio, logrando sorprender a participantes y jueces con la velocidad de reparación y la resistencia del equipo”, dicen desde Aerotech.

"El resto de equipos quedaron sorprendidos por el acabado superficial de las piezas, y deseaban saber cuál había sido la forma de conseguirlo"

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Durante la competición, recalca el equipo del campus de Ourense, “ha quedado demostrada la gran calidad de los materiales proporcionados por nuestros patrocinadores, así como el proceso de fabricación que seguimos. La respuesta estructural fue la esperada y los daños, mínimos. El resto de equipos quedaron sorprendidos por el acabado superficial de las piezas, y deseaban saber cuál había sido la forma de conseguirlo”, destacan.

“Nos felicitaron por lograr tener una aeronave así en la primera competición”

UVigo Aerotech considera la experiencia como muy positiva. “Al ser la primera vez que participábamos en una competición no sabíamos qué podríamos encontrarnos, a diferencia de la mayoría de equipos. Pero a pesar de eso logramos alcanzar incluso, en algunos aspectos, una puntuación similar a otros con más experiencia”. Otros participantes, valoran, “nos felicitaron por lograr tener una aeronave así en la primera competición”.

Dos años de trabajo en equipo

El equipo agradece a las entidades públicas y privadas que colaboraron: Coasa, Utingal, Altair, Dosmasdos, Gurit, Europrecis, Mecadis, Marine Instruments, el CITI, así como las escuelas de Aeroespacial e Informática del campus de Ourense. Han sido dos años de trabajo en equipo, en los que se enfrentaron el reto de diseñar y fabricar un dron listo para la competición real.

“Esto ha sido solo el principio. Nos vemos capacitados para entrar en puestos competitivos en la próxima edición de la Air Cargo Challenge”, afirman.

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