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La brecha tecnológica y la escasez de servicios y comunicaciones dificultan emprender en el rural

La confederación empresarial de Ourense demanda “infraestructuras modernas, buena conexión a internet y comunicaciones propias de este siglo” para que resulte atractivo

Alberto Vaquero, Marisol Nóvoa y Monserrat Cruz, durante la presentación del estudio. FERNANDO CASANOVA

Sesenta y nueve de los 92 concellos de la provincia de Ourense tienen menos de 2.000 habitantes y en seis el censo no llega al millar. En el territorio español con la edad media más elevada, junto a Zamora, la tasa de inactividad más alta y problemas demográficos agudizados, como la despoblación –hay 186 núcleos sin habitar y en 126 solo queda un vecino– y un déficit vegetativo –40.000 habitantes menos en lo que va de siglo, unos 30.000 en una década–, el tejido económico se resiente.

El rural, que es el medio predominante en la provincia, ofrece una alternativa laboral pero el contexto para que las iniciativas florezcan y prosperan es mejorable. “Sin rural no hay futuro”, subraya Marisol Nóvoa, la presidenta de la Confederación Empresarial de Ourense (CEO). La patronal demanda que el rural cuente con servicios, infraestructuras modernas, buena conexión a internet “y comunicaciones propias de este siglo” para que resulte atractivo invertir y emprender.

El profesor e investigador de Economía Aplicada Alberto Vaquero, integrante de los grupos GEM Galicia y GEN de la Universidad de Vigo, participó en un estudio a nivel nacional, basado en 11.000 encuestas y centrado en poblaciones de menos de 5.000 habitantes, que analiza la situación actual y las perspectivas de futuro del campo, en base a datos del periodo 2019 a 2021, que por tanto recoge el impacto de la pandemia.

La investigación considera clave potenciar una financiación específica para las comarcas rurales, así como el aprovechamiento de los fondos europeos para facilitar el desarrollo territorial.

"Son emprendedores que están hechos de una pasta especial"

El estudio señala que la mitad de la población rural considera que puede emprender pero hay miedo al fracaso. En el rural no es fácil iniciar un negocio. Casi un 15% de la población del medio desarrolla algún tipo de actividad emprendedora, mientras que un 7% ha expresado su intención de hacerlo, según el informe.

La irrupción de la pandemia en 2020 redujo el emprendimiento potencial, mientras que el consolidado, el de aquellas iniciativas que ya operaban antes, se comportó “con cierta resistencia a pesar de la pandemia. Son emprendedores que están hechos de una pasta especial”, señala Alberto Vaquero. “En el rural es más complicado emprender pero se están retomando indicadores y esa pérdida de emprendimiento se está reduciendo bastante”, añade.

“Solo una de cada tres de las personas que tienen intención de arrancar un nuevo negocio recibieron formación específica relacionada con la creación y gestión del mismo”

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Ganarse la vida ante la falta de otras alternativas laborales es la motivación principal para emprender en el campo. “El rural ha sido un pequeño oasis”, dice el investigador. El estudio nacional refleja que hay más mujeres que hombres iniciando iniciativas de nueva creación. Un tercio de las actividades recientes corren a cargo de personas menores de los 35 años.

La edad promedio de quienes muestran su intención de emprender en los próximos meses es de 38 años, mientras que en las actividades ya consolidadas es de 50. “Reconectar a la juventud con el territorio es básico para fijar población”, subraya el estudio.

El perfil educativo de las personas emprendedoras se reparte, según el informe, entre formación secundaria y superior (universitaria y FP de grado superior), aunque se detecta una cada vez mayor presencia de emprendimientos que se llevan a cabo con estudios universitarios. “Solo una de cada tres de las personas que tienen intención de arrancar un nuevo negocio recibieron formación específica relacionada con la creación y gestión del mismo”, dice el estudio.

"Se trata de un microtejido empresarial, por lo que el despegue económico es más complicado que en el mercado urbano"

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Las iniciativas orientadas al consumo en el rural son mayoritarias. La mayoría de las iniciativas carecen de asalariados, los emprendedores son menos proclives a contratar. Se trata de un microtejido empresarial, por lo que el despegue económico es más complicado que en el mercado urbano”, señala Alberto Vaquero.

Según el informe, solo el 4% de las empresas tienen cierta presencia tecnológica, mientras que en el ámbito urbano es un 10%. “Es un hándicap. Es necesario apostar por políticas que lleven la tecnología al rural”, subraya el investigador.

También hay una brecha campo-ciudad en cuanto a las exportaciones. “El peso de la exportación rural es menos de la mitad que en las iniciativas del entorno urbano”. Los expertos también solicitan políticas públicas para incentivar la apertura a mercados foráneos.

Alberto Vaquero, junto a Marisol Nóvoa durante la presentación del estudio. FERNANDO CASANOVA

En las iniciativas del rural las necesidades de financiación son inferiores –58.000 euros frente al triple en el medio urbano–, y las fuentes habituales son el ahorro y la aportación de la familia. “Hay cierta dependencia de los recursos propios, los préstamos bancarios pesan menos”, resume Vaquero. Urge “una línea de crédito específica para apostar por el emprendimiento en el rural”.

El 75% no ve oportunidades y 4 de cada 5 tienen miedo a fallar

La mitad de la población rural cree que está capacitada para emprender, pero 4 de cada 5 tienen miedo a fallar, lo que puede suponer un freno. Además, 3 de cada 4 no ven oportunidades para poder emprender y el 65% no considera factible poner un negocio en marcha.

Hacen falta políticas y medidas para incentivar el capital emprendedor en el mundo rural, e intentar una financiación específica para el desarrollo rural”, considera el investigador, que apela a la necesidad de la colaboración público-privada, además de “actuaciones concretas y específicas para el emprendimiento en el rural”.

Marisol Nóvoa recuerda que la CEO desarrolla acciones encaminadas a dinamizar y sensibilizar a favor del rural y el emprendimiento. Cita las alegaciones presentadas a la Ley de Movilidad Sostenida, “que no tiene en cuenta la movilidad rural, o la solicitud de otro enfoque en los criterios para que los fondos Next Generation destinen también al rural proyectos de mejora de la movilidad y la conectividad y atiendan a poblaciones de menos de 50.000 habitantes”.

Asimismo, alude a la instalación de oficinas de asesoramiento y tramitación de ayudas en poblaciones como Verín y O Barco a través del proyecto Conecta Ourense. “Son algunos de los frentes en los que la CEO está presente y trabaja para fomentar una revitalización del rural”.

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