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El uso de georradar detecta 12 cabañas en zonas aún no excavadas de Castromao

El CSIC descubrió esos vestigios en el subsuelo del castro de Celanova, durante la fase de ensayo de métodos pioneros de prospección geofísica y mínimamente invasivos

Vista de dron del emplazamiento del conjunto castrexo de Castromao en Celanova. | // FDV

El conjunto castrexo de Castromao, en el concello ourensano de Celanova, cuyos orígenes datan de la Edad de Hierro, (de VI al V antes de Cristo) sigue mostrando sus secretos casi 27 siglos después. Gracias a un método pionero del CSIC, que se basa en el uso de nuevas tecnologías de prospección geofísica, mínimamente invasivas, se han podido detectar en zonas no excavadas del interior del recinto, trazas de lo que fueron 12 cabañas circulares, y otras cuadradas, mediante el uso de georradares y magnetómetros.

Rastreando vestigios del castro con el magnetómetro

 Los trabajos, promovidos por el Concello de Celanova y financiados por la Xunta de Galicia, son resultado de la coordinación de esfuerzos entre un equipo de arqueólogos del CSIC y la empresa Breogán Arqueoloxía.

El Instituto de Ciencias del Patrimonio (INCIPIT), a través de un equipo especialista en arqueología de mínima invasión, es el que ha evaluado las posibilidades de los métodos de prospección geofísica para el estudio de los castros y su entorno, y lo ha hecho tomando como referencia el mencionado el conjunto de Castromao.

Las prospecciones revelan posibles construcciones de planta ortogonal. Por su trazado podrían ser edificaciones de época romana de lafase final de la ocupación del castro y su entorno inmediato

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Los especialistas indican que los resultados “son prometedores”, advierte David González Álvarez, del INCIPIT y coordinador de la actuación, que ha contado con la participación de Jesús García Sánchez, experto en prospección geofísica del Instituto de Arqueología, Mérida (IAM) CSIC-Junta de Extremadura.

Los especialistas usaron tecnología de mínima invasión para reconocer rastros ocultos a nuestra vista bajo la superficie actual del terreno. Emplearon para ello, equipos de prospección geofísica como el magnetómetro y el georradar, además de drones y GPS de alta resolución. “Se confirmó la existencia de más cabañas en la zona interior del castro, semejantes a las descubiertas por sucesivas campañas de excavación a lo largo del siglo XX” indica el estudio.

También con ayuda de un magnetómetro, se mostraron trazas de esa docena de posibles cabañas circulares, mientras que el georradar reveló indicios de alguna construcción cuadrangular

“En diferentes puntos de la aldea de Castromao, a los pies del castro, se conocía desde hace décadas la existencia de materiales romanos que insinuaban ocupaciones de esa cronología en el área, resultado de trabajos pioneros como los del arqueólogo Luis Orero Grandal.

Las prospecciones con georradar en el entorno de la iglesia parroquial, revelan ahora evidencias que se pueden interpretar como posibles construcciones de planta ortogonal. Por su trazado, y considerando hallazgos previos en el entorno de la iglesia y el cementerio de Castromao, podrían ser edificaciones de época romana que nos hablarían de esa fase final de la ocupación del castro y su entorno inmediato”, indica Jesús García Sánchez, del IAM.

Por su parte, el alcalde, Antonio Puga, se mostró emocionado por los resultados, y agradeció al CSIC “por haber elegido este yacimiento como campo de prueba para estas nuevas técnicas arqueológicas”.

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