Ourense celebró su procesión del Corpus, una de la citas más ancestrales de su calendario religioso y festivo, pues siempre han coincidido con las fiestas mayores de la ciudad y en el que, tras la misa y marcha procesional, el obispo realizó la anual bendición de la ciudad.

Brigada VII durante el desfile en la catedral. | // F.CASANOVA

Pero este año cambiaron los participantes y el recorrido de la procesión, que iba a realizarse tras la misa solemne por varias calles del casco histórico hasta la plaza Mayor, donde se realiza la anual bendición de la ciudad. Ayer todo discurrió bajo techo, dentro de la catedral, a causa de la lluvia, un agua que el obispo, Leonardo Lemos, calificó “de agua generosa” , porque ayudará a apagar esos incendios que están asolando “a los pueblos de España”, dijo.

Fue una cita procesional distinta, en la que los estandartes de las cofradías y la comitiva sacerdotal iban acompañados por jóvenes de la Real Banda de Gaitas, las panderetas de Queixumes dos Pinos y la marcha marcial y los instrumentos de viento de la Brigada Galicia VII, con sede en Pontevedra, la Brilat.

No faltaron a su cita en los actos religiosos y la posterior procesión, miembros de la corporación, entre ellos el alcalde de la ciudad, Gonzalo Pérez Jácome, su teniente de alcalde, Armando Ojea portando uno de los tres pendones de cofradías que y así como miembros de las fuerzas civiles y policiales de la ciudad. Un preludio que se celebró este año un poco antes de la fiesta antes fiestas del Corpus, que comienzan este jueves.