Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

“Vine de México por mi sueño de ser futbolista y aquí pasé hambre”, afirma un exjugador de regional

Juzgan al presidente del Monterrei y a un abogado, que niegan el engaño y alegan que la denuncia es falsa para lograr la residencia

Uno de los acusados, en el banquillo. El otro –primero por la izquierda– se defiende a sí mismo. IÑAKI OSORIO

F. R. M., presidente desde 1991 y delegado del CF Monterrei, que en la última temporada ha competido en la Primera Galicia –es la séptima categoría del fútbol–, así como A. J. G. A., un abogado que presidió el CD Ourense en el siglo XX y que según la Fiscalía actuaba como representante de futbolistas –él, que se defiende a sí mismo, lo niega en su escrito– son juzgados esta semana en el Penal 2 de Ourense.

Están acusados de un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, los de un joven que vino de México en el verano de 2017 –en ese momento tenía 24 años– con la expectativa de ser jugador profesional pero que, según su versión, vio incumplidas las promesas e incluso sufrió dificultades económicas y de manutención tras recalar en el equipo de fútbol Monterrei.

"Nada se cumplió de lo que prometieron"

“Ellos eran mis representantes y confié ciegamente y 100% en ellos, en que iban a cumplir las condiciones, cosa que no hicieron. En México estudiaba y vivía prácticamente del fútbol. Salí de mi país por el sueño de ser futbolista profesional y nada se cumplió de lo que prometieron”, afirmó.

En Ourense se encontró con una realidad que no esperaba, hasta el punto de que, según dijo este martes en el juicio, en una declaración en la que se emocionó hasta llegar a las lágrimas, “pasé muchísima hambre”. Tuvo que recurrir a la ayuda de Cruz Roja y Cáritas, instituciones a las que “nos enviaba” el acusado F., según la manifestación del denunciante.

Un sacerdote ratificó que los futbolistas acudieron en alguna ocasión, si bien para pedir cosas que no eran de primera necesidad. “Tuve la fortuna de conocer a buenas personas que me daban comida y dinero a veces”, añadió el perjudicado.

Los encausados ofrecerán su versión en la parte final de este juicio, mañana, tras aceptar la magistrada, en aras del derecho de defensa, que sus interrogatorios sean después de las declaraciones de los testigos y peritos.

“Las condiciones del piso eran óptimas y la comida, suficiente”, dice el letrado acusado

El abogado-acusado ya expuso en la primera sesión alguno de sus argumentos. Califica la acusación de “falsa” y asegura que el joven y otros futbolistas vivían “muy dignamente” en un piso de Verín de su familia donde se alojaban los futbolistas. “Las condiciones del piso eran óptimas y la comida, suficiente”, aseguró A.

En su faceta de letrado, recordó que en la fase de instrucción le denegaron hasta 14 escritos en los que proponía pruebas, lo que supuso “una grandísima indefensión”.

Por su parte, el abogado del acusado F. aportó como pruebas, en la misma línea argumental, facturas de compras de comida y de pagos de sesiones de rehabilitación. En este procedimiento está personado el perjudicado como acusación particular.

El joven niega que el motivo de su denuncia fuera obtener un permiso de residencia, y asegura que una vez que se sintió engañado quiso volver a su país.

Los dos acusados, uno en el banquillo y otro en el estrado de las defensas. INAKI OSORIO

La Fiscalía pide un año de prisión y 12.000 euros de indemnización

En el verano de 2018, los dos encausados fueron detenidos en una operación en la que la Policía apuntaba a una supuesta trama de inmigración ilegal para captar a jóvenes futbolistas extranjeros, “empleados en condiciones de hambruna”, según la comisaría de Ourense –identificaron a nueve de México, Argentina, Colombia, Venezuela y Senegal–, con epicentro en este modesto club de la provincia.

Pero finalmente, la Fiscalía solo acusa en relación al caso del joven de México. Solicita una condena de un año de prisión para los dos acusados más una indemnización de 12.000 euros. Ellos defienden su inocencia y buscan la absolución. Desde su puesta a disposición judicial en Verín, en el verano de 2018, han negado que hubieran cometido delito.

El denunciante viajó a España porque “me prometieron jugar al fútbol, me dijeron que iba a jugar en un equipo profesional”, mantiene. Un exfutbolista y representante de jugadores que reside en México y está implicado en este procedimiento, contra el que se ha archivado provisionalmente la causa hasta que no sea detenido, contactó en julio de 2017 con la víctima, que se encontraba en su país cursando estudios universitarios.

La Fiscalía relata que, después de indicarle cómo eludir la normativa sobre el control de fronteras, le ofreció la oportunidad de jugar al fútbol en España y una oferta ficticia de trabajo: la incorporación inmediata a un equipo de Burgos.

La víctima, sobre el abogado encausado: “Dijo que me iban a hacer un contrato, que cobraría 300 euros y que tendría hospedaje y manutención”

decoration

“Me dijo que tendría sueldo, trabajo, alimentación y hospedaje”, recordó el joven. El 27 de agosto de 2017, aterrizó en Madrid tras costearse el viaje a España.

Siguiendo las indicaciones de ese implicado en busca y captura, la víctima se desplazó a Burgos, donde personal del equipo le comunicó que no tenían conocimiento ni de su incorporación al equipo ni de las condiciones ofertadas por el representante. “Yo estaba muy ilusionado por venir, seguí simplemente las indicaciones”.

Tras fracasar esa primera expectativa en Burgos, surgió la oportunidad del Monterrei, después de que el representante contactara presuntamente con el acusado A. “Dijo que me iban a hacer un contrato, que cobraría 300 euros y tendría hospedaje y manutención”, declaró el perjudicado.

Con todo, después el encausado F. le indicó que la cifra sería menor, tal vez de 200 euros más la manutención, una vez se tramitara la ficha. Del trámite de pedir la baja en México tuvo que encargarse el propio joven.

El encausado que se defiende a sí mismo, junto al otro abogado. INAKI OSORIO

"Decía que nos iba a conseguir equipo"

La Fiscalía sostiene que A. J. G. A. impuso al futbolista la aceptación de un contrato de representación y cesión de derechos económicos y de imagen durante un periodo de cinco años. La firma se realizó en enero de 2018 y el joven no percibió ninguna compensación económica.

El ministerio público considera que el fin era evitar que regresase a México. Según el denunciante A. le prometió que le buscaría “un mejor equipo. Como era mi representante yo confié en él”.

"Nos decían que contáramos a la familia y amigos que estábamos muy bien aquí. Mi familia no sabía lo que estaba pasando"

decoration

Dicho contrato, añadió el joven, “prácticamente nos lo impuso para poder jugar aquí al fútbol profesional. Decía que nos iba a conseguir equipo”. Según su versión, el abogado también les aseguró que podrían regularizar su situación y obtener los papeles.

“Me engañaron”, llegó a afear el joven cuando el letrado-acusado preguntaba. Durante su temporada en España sufrió lesiones que él achaca a la mala alimentación, por las carencias.

“Me jodieron mi vida y mi carrera”

“Nos hacían una compra muy pequeña, no nos llegaba la comida. Personas del club nos regalaban fruta y verdura. Tengo conocimientos de fisioterapia y me ofrecía a hacer masajes para sacar algunos euros y poder comer”.

Los acusados, afirma, “nos decían que contáramos a la familia y amigos que estábamos muy bien aquí. Mi familia no sabía lo que estaba pasando, no se enteró hasta después de la denuncia”, lamenta.

Su camino en el fútbol se cortó tras la experiencia en España. Trabajó para poder pagar su vuelo de regreso, “con todo vacío, sin haber cumplido nada. Tuve que empezar de cero”. Estuvo a tratamiento psicológico, asegura. “Tenía pesadillas, miedo, no podía contarlo. Aún hoy me cuesta. Mi vida se jodió completamente, mi carrera y mi vida me la jodieron”, reprochó.

Compartir el artículo

stats