La alta velocidad ferroviaria llegó a Ourense, pero no a Galicia. Ese es el mensaje que todos los miembros del gobierno gallego reivindicaron el pasado 21 de diciembre de 2020 cuando se estrenaba el AVE Gallego, entre la capital ourensana y Madrid, para arrancar el compromiso de implantarla dentro del territorio de la comunidad, en la menor brevedad posible.
Para hacer efectiva una mayor rapidez y acelerar las conexiones gallegas, se implantará la serie 106 de Talgo, más conocido como tren Avril, que alcanza velocidades de 330 km/h y hará que se reduzcan los tiempos de viaje entre las principales ciudades gallegas.
Ayer en un intercambiador descansaba uno de los modelos de este tren que prosigue con su fase de pruebas antes de su implantación oficial, que se fijó para “este verano”, según señaló la Ministra de Movilidad, Transportes y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, pero que las previsiones indican otra cosa.
El tren más avanzado de Talgo descansó en la antigua base de montaje de Miamán (Baños de Molgas) después de cubrir y probar los últimos kilómetros desde el intercambiador de Taboadela hasta Ourense. Al caer la noche y ya sin servicios comerciales puso rumbo a Burgos por la línea gallega y la vía que se inaugurará este verano desde Venta de Baños, realizando el recorrido inverso durante la jornada de hoy.
No será hasta el lunes cuando llegue por primera vez una de las quince unidades de ancho variable a Galicia, donde podrá alcanzar los 363 km/h hacia Santiago y el Eje Atlántico.
De esta forma, quedarán probados por fin en ancho ibérico los sistemas de mando y control, los de seguridad y el resto de parámetros para continuar con el proceso que dé el visto bueno y luz verde a su explotación.
Para que pase de las pruebas a la realidad, será necesario el informe concluyente y favorable de la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria (AESF) y la formación en Renfe.
Dos locomotoras, una en cada sentido, y doce vagones. Esa era la estructura del Avril que se probaba durante el día de ayer en las vías ourensanas y que tenía una longitud aproximada de 200 metros. Serigrafiado con los colores de la operadora pública, ya muestra “restos” después de meses de pruebas.
Previsión de implantación
El Gobierno fijó para este verano su llegada y el presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, espera que se cumplan los plazos comprometidos. El titular del gobierno gallego decía ayer en Ourense que “no tenemos por qué pensar que va a pasar otra cosa, nos dijeron que llegarían en julio y nosotros no tenemos otra información que esa. Esperamos que se cumpla”.
Sin embargo, según las previsiones de homologación y también la adaptación de los maquinistas a los nuevos modelos, hace presagiar que no lleguen este verano, sino que tampoco lo hagan a lo largo de este 2022.
