Sin alarma ni dramatismo, pero sí con preocupación. El presidente de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, José Antono Quiroga, avisa: “Tras un año pluviométrico anómalo y a punto de entrar el verano, hay que tomar medidas para racionar el agua”.
Los síntomas de escasez se manifestaron en febrero y desde entonces se reúne periódicamente la Oficina Técnica de Sequía. Este viernes, tras analizar la evolución de los recursos hídricos de la cuenca, el responsable de la Hidrográfica señaló que la situación es muy similar a la ocurrida en 2017. En un acto en el que estuvo acompañado por el jefe de la oficina de Planificación Hidrológica, Carlos Guillermo Ruiz, explicó que ya se han enviado cartas a los concellos y a las comunidades de regantes para pedir que adopten medidas de contención en el consumo, y anunció que esta comunicación se intensificará: “Se trata de actuar con tiempo”, apunta.
Pide que se haga un uso responsable y racional del agua en cuanto a parques, piscinas, campos deportivos y baldeo de calles, y que se revisen los sistemas de traída y abastecimiento para evitar pérdidas innecesarias. Señala que se han detectado deficiencias en alguna red que provocan la pérdida de hasta el 30% del agua.
También hace un llamamiento a las empresas hidroeléctricas que gestionan los embalses, para controlar el agua, por si las precipitaciones no recobran la normalidad.
Los caudales están un 57% por debajo de lo habitual
El presidente de la CHMS señaló que hemos vivido un año “anómalo” desde el punto de vista pluviométrico, ya que ha llovido un 45% menos que el año pasado. Desde el 1 de octubre se registró una precipitación media acumulada de 530 l/m2 frente a los 966 del mismo período anterior.
La reserva de los embalses está al 54%, un dato que contrasta con la ocupación del 70% que registraban el año pasado en estas mismas fechas. Además, los caudales circulantes en los ríos y arroyos es un 57% más bajo que lo habitual.
Con estos datos, señala Quiroga, “hablamos de preocupación responsable, por lo que hay que tomar medidas”. En concreto, detalló que si bien la situación de la cuenca en el Miño es de normalidad, tanto en el Sil como en el Limia es de prealerta, y de alerta en el Cabe.
Las lluvias previstas no son suficientes
Las lluvias de los últimos días, apunta el presidente de la Hidrográfica, son buenas para los cultivos, “pero no son un gran aporte o solución para los recursos hídricos”. De hecho, señala que las previsiones de las agencias meteorológicas no indican que la situación vaya a mejorar, de ahí que recalca la necesidad de adoptar medidas de ahorro en los concellos. La administración local, puntualiza, es la que tiene la competencia para hacerlo. “Esto ya ocurrió en 2017, que es un año que está relativamente cerca”.
La filosofía de las comunicaciones que se envían a los ayuntamientos, dice, “es concienciar y poner en aviso. Se trata de trasladar los datos y la preocupación e instar a tomar medidas de cara a la campaña de verano, en previsión de que las precipitaciones no cambien radicalmente, y que en el mejor de los casos puedan ser como las que vivimos estos días que no modifican sustancialmente la acumulación de recursos”, precisa.
El mensaje es para la administración local, añade, “pero el agua es un tema de todos. Los ciudadanos, de manera individual, no pueden quedar excluidos de esta situación; sus actitudes tienen su importancia”.
