Con más de 35 grados sin que acabe mayo y tras varios meses de sequía a las puertas de un verano que se prevé complicado, la amenaza de los incendios se vuelve mayor. El cambio climático, el abandono del monte y del medio rural y la despoblación, sin olvidar las acciones negligentes o intencionadas, favorecen el fuego, que Ourense lleva por desgracia tatuado en la piel.

Esta semana se aprobará en el Consello da Xunta el último Plan de Defensa contra os Incendios Forestais de Galicia (Pladiga), que mantiene, un año más, la tendencia: el peligro más elevado de incendio forestal señala a la provincia, a la que pertenecen 27 de las 35 parroquias de Galicia con una mayor actividad incendiaria.

Ayer a mediodía, con las temperaturas disparadas, el fuego reapareció en la periferia de la ciudad, con un foco en Vilar de Astrés que movilizó a medios aéreos y terrestres en la extinción.

Según la Consellería do Medio Rural, el incendio comenzó a las 12.55 horas. Las llamas y la columna de humo eran visibles desde distintos puntos de la capital. En media hora, el fuego había calcinado media hectárea de superficie.

A las 14.15 horas, la Xunta dio por controlado el foco, que había arrasado hasta entonces 2,5 hectáreas. En el operativo de extinción participaron 1 agente, 9 brigadas, 2 motobombas, 2 helicópteros y 2 avionetas.

Fue necesario cortar el tráfico. No hubo problemas para casas de la zona, según fuentes del servicio municipal de bomberos, que apoyó en el operativo y se encargó de refrescar la zona para evitar rebrotes.

Un helicóptero, en el operativo de extinción del incendio de Vilar. FERNANDO CASANOVA

Las 35 parroquias de Galicia con alto riesgo de incendio pertenecen a una veintena de municipios. A larga distancia de Ourense y sus 27 zonas de mayor peligro se encuentran las provincias de A Coruña –5 parroquias en esa situación–, Pontevedra –2– y Lugo –1–.

Las parroquias de alto riesgo de incendio (PAAI) son aquellas que acumulan una media anual de siete fuegos o más en el último lustro, al igual que las que hayan sufrido dos incendios o más superiores a las 200 hectáreas en los últimos 10 años. Hay 17 casos que cumplen el primer criterio, 15 en el segundo criterio y otras 3 que incluyen ambos supuestos.

A Gudiña, el concello con más

Según el Pladiga, al que Europa Press ya ha tenido acceso, el municipio ourensano de A Gudiña es el único que acumula cuatro parroquias con un alto riesgo de incendios (O Tameirón, A Gudiña, Parada da Serra y Pentes).

A continuación está Vilariño de Conso, con tres (Chaguazoso, Castiñeira, Sabuguido). Hay cuatro parroquias que suman medio centenar de incendios forestales o más en el último lustro. Destaca O Pereiro (A Mezquita), con 78 fuegos. Después figuran Castro de Escuadro (Maceda), con 52; O Tameirón (A Gudiña), con 52, y Carballo (Carballo), con 50.

Las parroquias con mayor superficie arrasada en la última década son San Paio de Araúxo (Lobios), con 3.875 hectáreas; Río Caldo (Lobios), con 2.900; O Pindo (Carnota), con 2.256; y Montes (Cualedro), con 1.957 hectáreas calcinadas en diez años.

En la provincia de Ourense, la relación de municipios con mayor riesgo de incendios forestal son Maceda, Ourense, Chandrexa de Queixa (2), Manzaneda (2), Cualedro (2), A Gudiña (4), Laza, A Mezquita (2), Oímbra, Vilariño de Conso (3), Calvos de Randín (2), Lobeira, Lobios (2), Muíños, Rairiz de Veiga y Vilar de Barrio.

En el resto de Galicia, las cinco de A Coruña están en Carballo, Boiro, Lousame, Ribeira y Carnota. Hay dos en Pontevedra, en Dozón y Salceda de Caselas. El único municipio de Lugo en el listado es Folgoso do Courel.