Pocas veces se ha armado el belén como con el nacimiento instalado en la plaza Bispo Cesáreo de Ourense para celebrar la Navidad de 2019. Las críticas y las bromas por la escenografía, el acabado y las expresiones de las figuras dieron la vuelta a España y se convirtieron en bola de nieve en las redes sociales. En Change.org se creó incluso una iniciativa para pedir su retirada, por “horripilante”.
Más allá de la sana retranca, la instalación, en la que el Concello gastó 18.000 euros, fue objeto del vandalismo y de dos ‘secuestros’ del niño Jesús: la figura fue sustraída y reapareció con los brazos mutilados. Se volvió a colocar una segunda imagen del recién nacido que también hurtaron.
Este lunes, el Penal 1 de Ourense juzgó a una mujer de 34 años que causó desperfectos tras golpear las figuras de una pastora y unas ovejas, la madrugada del 21 de diciembre de 2019. Sin antecedentes, admitió los hechos y se conformó con una multa, rebajada a un total de 840 euros.
En primer lugar debe abonar la responsabilidad civil por los daños causados, 2.018,63 euros (1.913,86 en la pastora y 104,77 en las ovejas, según la empresa propietaria de las piezas) . El juzgado le permite satisfacer la cantidad en cuotas de 30 euros al mes.
Después deberá hacerse cargo de la multa. Si no puede –ahora está en paro– tendrá la posibilidad de realizar, como alternativa, trabajos comunitarios durante 3 meses y medio.
Así reflejó el vigilante de seguridad el suceso en su parte de intervención: “4:30 horas. Chica que espera el taxi bajo los efectos del alcohol, se acerca y golpea la figura de la mujer pastora y ovejas, las tira al suelo, sufriendo estas daños estructurales y manos rotas. Chica identificada. Procedo a llamar a la Policía Local para exponerles el caso y me dicen que la deje marchar, que no pueden acercarse”.
“Venía de pasar una mala época, había sufrido acoso”
La vía penal queda cerrada con el acuerdo entre la acusada, la defensa, la Fiscalía y el Concello de Ourense, personado como acusación particular en el procedimiento. La encausada se limitó a decir sí a la conformidad en la vista.
A la salida de la sala, indicó que en aquella época “venía de pasar una mala época, había sufrido acoso”, y que aquella noche había bebido. Entre los testigos propuestos figuraba la concejala María Dibuja.
