Que en Ourense y en el barrio de O Couto había ganas de fiesta, lo certifican las imágenes de la Calle Dalí en la noche del lunes para el martes con una gran afluenci, donde según el regidor ourensano había “10.000 personas” para ver la orquesta Panorama. La actuación tuvo que ser suspendida durante 50 minutos, aproximadamente, para descongestionar la calle. El edil de Seguridad Ciudadana, Telmo Ucha, comenta que “se comprobará si se cumplió el Plan de Seguridad y se tomarán las medidas oportunas si es necesario”.

Testigos presenciales señalan que "sí que hubo momentos de tensión, porque solamente te permitían acceder por la parte de arriba de la calle y a medidas que ibas andando y asentándote, notabas como cada vez había más gente detrás tuya que inconscientemente de empezaba a empujar". Y añade que "era un sensación rara, como los grandes conciertos cuando no te puedes mover ni ir para delante ni para atrás".

La Policía Local y la Nacional liberando un poco la masa poblacional que se reunió anteayer en las fiestas del Couto y pudo continuar el espectáculo, aunque eso sí, desde la Orquesta Panorama avisaron en reiteradas ocasiones de la acumulación de gente y la actuación acabó "pronto" según los testigos que allí estuvieron.

Otros comentaban que "pudo ser peor y pasar algo, porque había mucha gente, pero gracias a lo que sea no pasó nada y todo salió bien".

La hostelería de O Couto se queja

Las fiestas del barrio de O Couto tocaron su fin con los últimos ritmos de las charangas por la calle durante la mañana y por la tarde fue el turno de la charanga Europa. Muchos hicieron un buen balance de las primeras fiestas del barrio tras la irrupción de la pandemia en las vidas de los ourensanos, pero otros se encuentran molestos por el trato recibido.

Una parte de la hostelería del barrio se muestra quejoso por la disposición de las barracas en las diferentes calles del barrio, que algunos casos llegaron a invadir la mitad de la acera. Es el casto de la Vinoteca Cotrozo que señala que “no es normal que se pueda montar una atracción encima de la acera, no me importa que esté delante de mi local, pero encima de la acera no puede ser, porque si pasa cualquier cosa dentro de mi establecimiento no puede meterse ni una camilla”. Este establecimiento ubicado en la calle Francisco Moure intentó contactar con la comisión de fiestas pero no le fue posible por lo que dice con ironía que “les tengo que dar las gracias, por la visibilidad que le dejaron a mi local, por las pérdidas de dinero que eso ocasiona”.

Otros hosteleros consultados también mostraban su desagrado por el trato recibido por la comisión de fiestas en este sentido, ya que no es solamente el perjuicio económico si no también un problema de accesibilidad. Otra hostelera de la calle dice que “menos mal que no pasó nada, porque si llega a pasar, ahora todos nos estaríamos lamentando de que los sanitarios no pudiera acceder a algunos establecimientos”. El Couto cierra sus fiestas con fervor, pero también con situaciones a mejorar de cara a las próximas ediciones: “Nosotros contribuimos y este es el trato que recibimos”.