La carretera de San Vicente de Leira, OU-0807, en el municipio de Vilamartín de Valdeorras, sigue cerrada y registra nuevos desprendimientos. El alcalde, Enrique Álvarez, mantuvo ayer una reunión en la Diputación,a la que urge iniciar cuanto antes el proyecto, que asciende a 13 millones de euros. Alertó de los peligros para varios pueblos y del impacto medioambiental. Si no se actúa rápido y pasa algo, “ellos son los responsables”, denuncia el regidor.

En el barranco hay una vieja cantera que “quedó con cinco metros de profundidad de agua y cayó allí parte de la montaña, provocando una ola gigante que llevó por delante la parte baja del río Leira y causó un desastre ecológico. Según ecologistas, ahí no quedó nada”, explica. Además, dos tuberías de agua para los pueblos de Valdegodos y Arcos “se las llevó por delante”.

Los usuarios de la carretera ahora “van por la del Concello pero el servicio no es el adecuado”, ya que no puede acceder una ambulancia o un camión de bomberos, sobre todo en invierno, al pueblo de Aldea. Piden habilitar una entrada de emergencia.

De la reunión de este miércoles con políticos y técnicos de la Diputación, Álvarez espera que se cumpla lo acordado. En primer lugar, como hay una gran balsa de agua y parte de la montaña amenaza con caerse y provocar otra ola que podría afectar al pueblo de Mazo y a la zona de Rodeleira, y que “no coja a algún conductor por alguna carretera de la orilla del río”, solicita retirar el agua de forma urgente. Ya habló con técnicos de la Confederación Hidrográfica. “Dijeron que se podía hacer y que ya estaba previsto en el proyecto de relleno de la vaguada”.

Segundo, se repartirá el proyecto en varias fases debido a su coste, siendo la primera la del relleno. El tercer compromiso es firmar im convenio para arreglar la carretera, que ahora usan los vecinos. Pero Enrique Álvarez teme que estos tres compromisos no se cumplan, ya que hace cuatro años firmaron uno para bachear este vial del municipio y “todavía no lo arreglaron”.