En el primero de mayo, Ourense concentró en el corazón del casco histórico un sinfín de propuestas: las manifestaciones sindicales, el estreno de la Miteu, el mercadillo de antigüedades, la feria de artesanía, juegos populares, un concierto de Treixadura con gran afluencia, pasacalles con gaiteiros y cabezudos, paseos de turistas y de vecinos y familias por el Día de la Madre, y los Maios, una tradición ancestral que celebra la llegada de la primavera tras los rigores del invierno, con un deseo de buenas cosechas, y que ha recuperado fuerza en 2022, después de que la pandemia restringiera a aforos más reducidos –o al domicilio, en 2020– esta celebración de gran arraigo en Ourense.
Niños y mayores, asociaciones, y grupos de amigos participaron en la edición de este año, que contó con 28 maios expuestos en las calles Paseo, Padre Feijoo y Lamas Carvajal: diez tradicionales –de forma piramidal o cónica–, siete artísticos, cuatro creativos y siete infantiles.
Los maios se celebran el primer domingo de este mes, en la época de mayor esplendor floral. Del monte se extraen los elementos vegetales con los que se confeccionan estas esculturas naturales: musgo, carrabouxos, tojos, xestas, flores silvestres, varas, huevos...
Emilio Varela es uno de los amigos de la parroquia ourensana de Cudeiro detrás del grupo Ratos de biblioteca. Él lleva medio siglo preservando esta tradición. “Tras tener una idea haces la estructura con madera, cañas o mimbres, y después la recubres de saco. Lo que da más trabajo es ir a buscar el musgo y coserlo, porque tienes que hacerlo muy despacio e ir regando a cada paso, para que no se seque. Al elaborar las figuras no es fácil dar expresión a los rostros”, explica.
Este año, los participantes de Cudeiro crearon una alegoría de la vendimia, con una escena de esta costumbre a la que añadieron un crucero y un peregrino, en un guiño al año Xacobeo. Su propuesta ganó el primer premio al maio artístico.
Los mayores de la residencia San José invirtieron un mes de su tiempo en los preparativos de su crucero. Participaron unas 15 personas en la elaboración. “Trabajo con ellos las habilidades motoras, cognitivas y sociales. Venir al concurso supone una gran motivación, les aumenta la autoestima. Y es una manera de recordar sus tiempos jóvenes. Las coplas las hizo una señora de 92 años. Es una actividad muy bonita”, dice Ana, terapeuta ocupacional del geriátrico.
La exhibición de los maios va acompañada del canto de las coplas, unos versos satíricos sobre la actualidad política y social, que se venden a un precio simbólico. “Tristuras non faltan nesta tempada: pandemia, gasolina e guerra na Ucraína”, cantaron los mayores. “Ten que mellorar a nosa situación, non queremos guerras, que goberne o amor”, entonaron los escolares de A Ponte, galardonados con el premio al maio infantil.
La agrupación cultural Auriense puso en valor el legado cultural de la Xeración Nós y criticó, entre otros, al alcalde. “Tómannos por parvos, pecha a cultura e abren os bolardos”. Recibieron el segundo premio de la categoría maio enxebre (el primero fue para Os Lolailos).
El bofetón de Will Smith, la crisis del PP Casado y Ayuso, la marcha de Feijóo, la idea fallida de Jácome de quemar los maios, las obras en marcha y pendientes en la ciudad, la llegada del AVE, el precio de la luz y la gasolina o la guerra tuvieron cabida en varias composiciones, como la del club de hockey Albor, la asociación A Galleira o los amigos de Cudeiro.
La Marcha Mundial das Mulleres creó una gran vulva vegetal, para sacudir conciencias. “Para o feminismo a loita é na rúa, este berro soa porque as mulleres estamos até a cona”. Ganaron el premio a las mejores coplas y el segundo mejor maio artístico.
