El monasterio budista Chu Sup Tsang, ubicado en el municipio ourensano de San Amaro, vuelve a la normalidad tras más de dos años sin actividad presencial debido a la pandemia. Este miércoles comenzó un retiro y una puya de fuego con la presencia de más de 40 personas de toda España.

En el templo hay un punto COVID a la entrada para poder realizar una prueba de antígenos y acceder con mayor seguridad. Se trata de un retiro exclusivamente de meditación sobre la compasión ante tanto sufrimiento que existe actualmente en el mundo.

Llegada de los participantes al monasterio. FERNANDO CASANOVA

Durante estos dos años, al igual que la sociedad en general, “hemos tenido que adaptarnos a las circunstancias que no siempre están bajo nuestro control, permaneciendo “de puertas para adentro”, suspendiendo todas las actividades abiertas al público como las relacionadas con el programa de estudios, retiros o giras de enseñanzas”, apuntan.

No obstante, han buscado nuevos canales “para llegar a quienes nos necesitaban, y la enseñanza ha continuado a través de plataformas de videoconferencia”. Y es que el budismo “nos habla de la mente y de cómo ‘adiestrarla’, nos muestra el camino para identificar las emociones aflictivas y mentes ‘negativas’ que nos introducen en estados de sufrimiento a menudo evitables, y a reducir la intensidad de los inevitables”, exponen.

Ceremonia de iniciación en el retiro. FERNANDO CASANOVA

Esta comunidad espiritual monástica detecta los efectos que la pandemia ha causado y está causando en millones de personas. “Percibimos los efectos que a nivel vital, mental y anímico estos dos años han tenido en mucha gente, que se traducen en el aumento de peticiones de ayuda, de orientación, así como demanda de respuestas que ayuden a entender el por qué, para qué o el cómo, más allá de lo material, e incluso de lo científico”.

Dos monjes budistas, en el comienzo del retiro. FERNANDO CASANOVA

Viernes y sábado habrá un retiro de meditación y una recitación mantra de la compasión (para el alivio del sufrimiento y sus causas), y el día 17 se celebrará la puya del fuego, una ceremonia de purificación tradicional al final de un retiro de meditación.

La puya tiene como finalidad aumentar la paz en el mundo, la armonía con el entorno y los seres que lo habitan, necesarias en una época de pandemia y marcada también por la guerra.