Una delegación compuesta por tres activistas ambientales de Honduras recorrerá Galicia esta semana y la que viene para reunirse con distintos colectivos de nuestra comunidad. Este sábado, 2 de abril, estarán en Ourense para mantener un encuentro con representantes de la Marcha Mundial das Mulleres. La cita será abierta al público y tendrá lugar a las 19.30 horas en el local de la asociación cultural Galleira, ubicado en la confluencia de la calle Hernán Cortés con la plaza de San Cosme.
Esta visita se enmarca en el proyecto ‘Mulleres bravas, defensoras de vida’, una iniciativa de Amigos da Terra y Enxeñería sen Fronteiras, con el apoyo de la Asociación Galega de Comunicación para o Cambio Social (Agareso) y la financiación de la Xunta. El objetivo del proyecto es dar a conocer los impactos sobre las personas y el medio ambiente de los proyectos industriales y extractivos, tanto en Honduras como en Galicia, poniendo además el foco en alternativas sostenibles y en la lucha de las mujeres defensoras de la tierra.
Arriesgan su vida
La delegación que visita Galicia está formada por tres mujeres que pertenecen a grupos organizados que defienden ecosistemas clave, o se oponen a grandes obras extractivas. Tres mujeres que son ejemplo de valentía en un contexto peligroso y violento para el activismo en general, el de las mujeres en particular. Honduras es uno de los países con mayor tasa de asesinatos en el mundo de defensores de derechos humanos.
Coralia Argentina Turicos es lideresa comunitaria y “guarda recursos” voluntaria, una especie de guarda forestal para las áreas protegidas y la vida silvestre en su país. Su lucha se centra en defender el mangle de Bahía de Chismuyo, un refugio natural para miles de especies que, en el año 2000, fue amenazado por los intereses personales del alcalde de la villa.
Como presidenta del Patronato Comunitario, Coralia se opuso al mandatario y lideró la defensa de los bosques de mangle, una de las zonas ancestrales comunitarias de su pueblo, que ahora están consideradas como una de las franjas de mangle mejor conservadas de Honduras.
Adolfina Contreras es maestra pero define su profesión como defensora de bienes comunes. Preside el Comité de crédito para el desarrollo económico local y forma parte de la Mesa de seguridad alimentaria y nutricional, así como del grupo impulsor para la defensa de los derechos humanos en las comunidades.
En 2013, una corporación consiguió de manera presuntamente irregular la licencia para dragar un afluente de un río del que dependían más de 12.000 personas. Este fue el detonante para que Adolfina y otros vecinos y vecinas comenzasen una lucha titánica contra esta actividad minera, consiguiendo declarar su municipio libre de minería en 2018.
Su causa moviliza al pueblo
Con solo 23 años, Yeni Karina Aguilar acumula ya un lustro batallando contra los megaproyectos fotovoltaicos que amenazan su pueblo. Por su lucha fue perseguida, hostigada, criminalizada y denunciada. Está integrada en un programa de protección oficial de defensores y defensoras de Honduras.
A pesar del peligro, nunca cejó en su empeño. Con el apoyo del 97,3% del pueblo, consiguieron declarar su municipio como una zona a salvo de la minería y la industria fotovoltaica.
Además de reunirse con distintos colectivos sociales y representantes de movimientos ambientales gallegos durante su estancia en la comunidad –Salvamos Catasós, Eólicos en Terra de Montes, Eólicos de Forcarei, Asociacións de persoas afectadas pola canteira de Budiño e polos aeroxeneradores na Serra do Galiñeiro–, las tres activistas de Honduras están participando en mesas redondas abiertas al público en general en las universidades de Vigo, Santiago de Compostela y A Coruña.
También se reunirán con Jesús Gamallo, director xeral de Relacións Exteriores e Unión Europea.
