Hablan en lenguas diversas (gallego, español, portugués, francés, inglés), pero se comunican tocando en armonía, en el idioma universal del jazz. “Tu humanidad es tu instrumento”, dijo el legendario saxofonista Wayne Shorter, padre de discos maravillosos como Adam’s apple, Speak no evil o Juju.

Suenan igual que un poema de Jorge Luis Borges: la melodía se expande y arraiga, remueve las emociones, y brotan con profusión imágenes que acompañan la escucha de su música. El saxo de Xose Miguélez (Ourense, 1972) silabea, acaricia, nos da calor. Jean-Michel Pilc, al piano, esculpe los temas con la maestría de un pintor clásico; Carlos Barretto (contrabajo) y Marcos Cavaleiro (batería) son los artífices del paso del tiempo.

La música no tendría sentido sin el placer de componerla y de tocarla, sin la felicidad de poder escucharla. El cuarteto aprovecha el estudio como si estuviera en un club y cada uno de nosotros asistiéramos al directo. Tocan y es como si una noche apacible de estrellas se adentrara en nuestra habitación.

No hay impostura, no hay artificios, el disco sucede aquí y ahora, suena a concierto. Es la belleza de la imperfección. Contradictio, el nuevo álbum de Xose Miguélez, a la venta desde este viernes 18 de marzo, bebe de la tradición –remite a Galicia, a París, a Nueva York–, aunque no se detiene en encontrar los límites sino en procurar el infinito, como el pianista Herbie Hancock dijo que significa vivir.

Es el segundo disco de Miguélez con el sello estadounidense Origin Records, formado en Seattle, especializado en jazz y gestionado “por músicos para músicos”, la filosofía de una discográfica independiente que en 2022 cumple 25 años. Gracias al saxofonista Matt Otto, con el que el ourensano había complementado su formación en jazz tras licenciarse en la ‘Esmae’ de Oporto y obtener un máster en jazz performance en la ‘Guildhall School of Music’ de Londres, Miguélez grabó Ontology en 2018 en Kansas City, con el propio Otto como productor.

Miguélez llegó al jazz desde la música tradicional gallega. Empezó a tocar la gaita con 5 años. CARLOS PETEIRO

En ese álbum partía de un motivo de solo cuatro notas y fusionó la raíz de Galicia y de su propia familia –una cantiga de su tía abuela Amparo recuperada de la tradición oral, que la musicóloga Dorothé Schubarth recogió durante una visita en 1981 a Cerdedelo, Laza–, con una lectura actual del jazz.

Xose Miguélez , que empezó siendo gaitero –aprendió con 5 años y es el primer gallego que completó el Ciclo Superior de Música Tradicional–, fue reconocido en 2019 con el Premio Martín Códax da Música, en la categoría de jazz y músicas improvisadas. Contradictio representa un paso adelante que la pandemia retrasó.

"Lo que te hace tocar de un modo diferente son los músicos con los que estás. Creo que es divertido también para el oyente"

El nuevo trabajo recoge la música que el ourensano y Pilc, los colíderes de la formación y los coproductores del disco, han forjado en los últimos años. Un enfoque contemporáneo actualiza una propuesta de jazz clásico, con una combinación de estándares –como But not for me, de George Gershwin, Out of Nowhere, de Johnny Green, o Meniña, una canción tradicional gallega–, composiciones de Miguélez y un original de Pilc dedicado a Galicia, que lleva el nombre de nuestro país.

“La música se desarrolla con una espontaneidad que inspira sentimientos de una experiencia musical en vivo”, destaca la discográfica. También hay dos versiones del tema principal de su disco anterior, con una relectura en formato cuarteto y dúo.

“La idea es trazar una conexión con Ontology, que no pudo llevarse al directo por la pandemia. Los años nos van dando más experiencia y madurez y creo que se notará una mejoría en la forma de tocar. Lo que te hace tocar de un modo diferente son los músicos con los que estás. Creo que es divertido también para el oyente”, señala Miguélez.

La música en vivo tras la pandemia: "Poder volver a tocar supuso una sensación de alivio, porque en algunos momentos no estaba claro hacia dónde nos llevaría esto"

Contar en la formación con Jean-Michel Pilc (París, 1960) supone un plus. “Es uno de los pianistas de jazz más importantes a nivel internacional, un músico top”, incide el saxofonista.

“Tenerlo como músico te hace crecer muchísimo, es alguien muy reconocido entre los propios músicos. Actualmente está en el departamento de jazz de la McGill University, en Montreal, Canadá. Estoy muy ilusionado de poder trabajar y tocar con él en un cuarteto común”, añade el instrumentista.

Miguélez y Pilc, durante una estancia del pianista en Ourense hace unos meses. INAKI OSORIO

Ontology fue un álbum más de estudio, compuesto por mí, una especie de carta de presentación, con la intención de después hacer conciertos. En cambio, Contradictio nace como un disco para ser tocado en directo y para dar continuidad a esta banda, como una banda estable”, plantea Miguélez.

Es un proyecto que iniciamos antes de la pandemia. Ya habíamos hechos unos cuantos conciertos en Galicia y en Portugal, y teníamos previsto una actuación en el Hot Club de Lisboa para el verano de 2020. La pandemia nos obligó a posponer el proyecto. Gracias al ciclo Butaca de jazz de Afundación nos volvimos a reunir, y días después nos encerramos en el estudio, en Matosinhos, para grabar”, recuerda el saxofonista.

Solo estuvieron en la sala de grabación dos días de noviembre de 2021, a la antigua usanza, exprimiendo el tiempo y las canciones en tiempo récord.

El golpe a escala global que infligió el COVID ha obligado a los músicos a convivir con la incertidumbre, a manejar las esperas sin desesperar. “Poder volver a tocar supuso una sensación de alivio, porque en algunos momentos no estaba claro hacia dónde nos llevaría esto. En este proyecto a mí me afectó más que en otros, porque somos músicos de diferentes lugares, y con las restricciones de movilidad hubo que parar”.

"Aún no hay fechas cerradas pero sí interés por que actuemos en Galicia, Portugal e incluso Francia. Hay un efecto de regreso de los festivales y una mayor efervescencia y posibilidades de poder tocar en esta pospandemia. Las expectativas son altas"

Algo hizo clic en nosotros tras la dura y larga crisis sanitaria. “Se nota una mayor apreciación en la escucha y un agradecimiento de poder estar en el momento presente, participando de la experiencia. Es como que todos tenemos la sensación de querer vivir el momento, porque pueden suceder otra vez cosas impensables, como las que ocurrieron. Esto se aprecia tanto por parte del público como de los músicos”.

Contradictio ya se puede escuchar en plataformas digitales como Spotify o YouTube. “Para tenerlo en formato físico pueden contactar directamente conmigo a través de mis perfiles en Instagram y en Twitter. Para quien esté fuera de España, se puede conseguir a través de la página web de Origin Records”.

¿Qué vuelo tendrá este álbum? “Tocaremos de cara al verano, probablemente en julio y agosto, aprovechando que Jean-Michel estará en Europa. Aún no hay fechas cerradas pero sí interés por que actuemos en Galicia, Portugal e incluso Francia. Hay un efecto de regreso de los festivales y una mayor efervescencia y posibilidades de poder tocar en esta pospandemia. Las expectativas son altas, a la espera de saber la respuesta al disco”.

“Falta repercusión fuera de nuestras fronteras, pero a nivel de calidad y cantidad estamos probablemente en el mejor momento de la historia del jazz en Galicia, y en uno de los mejores de la historia de la música gallega”

Más de cuatro décadas y distintas generaciones han ido creando escuela y formado un público de jazz en Galicia. “Hay muchos músicos gallegos muy buenos, que están sacando adelante proyectos interesantes, pero falta un poco más de repercusión mediática fuera de Galicia. Hay mucho buen trabajo que pasa inadvertido fuera de nuestras fronteras”, reflexiona Miguélez, al que sí otorga visibilidad trabajar con una discográfica de EE UU.

Más allá de la repercusión, “a nivel de calidad y cantidad estamos probablemente en el mejor momento de la historia del jazz en Galicia, y en uno de los mejores de la historia de la música gallega”, finaliza.

Con el saxo en el conservatorio de música de Ourense, donde da clase. FERNANDO CASANOVA