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El intento de homicidio a un policía: cuchilladas por la espalda tras amenazas por WhatsApp

Tras ser condenado a 3 años por tráfico de drogas, al presunto agresor le queda todavía el juicio por el ataque a un agente fuera de servicio que estaba junto a su ex. No ha dado su versión por ahora

El procesado, Rubén R. L., en el juicio de drogas. INAKI OSORIO

Tras ser condenado esta semana a 3 años de cárcel por el hallazgo de cocaína y MDMA, en junio de 2020, en el habitáculo de un garaje que tenía alquilado –la sentencia no es firme y la defensa recurrirá al Tribunal Superior de Xustiza de Galicia–, a Rubén R. L. le queda enfrentarse a un juicio por una tentativa de homicidio a un policía nacional de Ourense al que presuntamente acuchilló.

Fue detenido por ese ataque y los investigadores aprovecharon para pedir autorización al juez para inspeccionar la cochera, en la que encontraron la droga. La Fiscalía y el SUP –el principal sindicato de la comisaría ejerce la acusación particular– aún no han formulado sus escritos de calificación por el intento homicida. Sí consta en la causa, desde hace pocos meses, el auto de procesamiento. El magistrado detalla los indicios, entre los que destaca un ataque sorpresivo por la espalda con un cuchillo, después de amenazas previas por wasap.

El día 9 de junio de 2020, sobre las 14:15 horas, una expareja del investigado se encontraba junto al policía nacional fuera de servicio, y otras dos personas, en una terraza de una cafetería situada en la confluencia de las calles Valle Inclán y Celso Emilio Ferreiro, en Ourense.

A esa hora se personó en el lugar el procesado, sobre el que pesaba una medida cautelar de alejamiento que le prohibía acercarse a menos de 300 metros de la mujer. Se apeó frente a la terraza en un taxi y se dirigió a la mesa en la que estaban las víctimas, esgrimiendo un cuchillo. Sin mediar palabra, según el juez, fue a por el policía y presuntamente lo atacó por la espalda.

El juez: “Se trata de un atentado contra la vida o integridad física plenamente consciente y buscado por el investigado, que acudió ex profeso al lugar donde se hallaba” el policía nacional y su expareja

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Según el auto, le asestó dos puñaladas sucesivas dirigidas a su costado o vientre, que la víctima intentó esquivar echándose hacia atrás y forcejeando con el atacante. La mujer salió en su defensa y el atacante huyó, arrojando el cuchillo al suelo.

Como consecuencia de la agresión, el agente sufrió lesiones cuya estabilización tardó un mes. Le han quedado como secuelas cicatrices. Las heridas fueron superficiales y no afectaron a órganos pero sí iban dirigidas a zonas vitales.

Amenazas por WhatsApp antes del ataque: “Me da igual que seas madero”; “te voy a matar”; “en cuanto te vea me voy a echar a tu cuello”; “te mato en cero coma”, remitió

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El juez ve “premeditación"

El magistrado instructor considera que Rubén R. L. actuó con “intencionalidad y premeditación”. El ataque en la terraza, observado por los testigos, “se trata de un atentado contra la vida o integridad física plenamente consciente y buscado por el investigado, que acudió ex profeso al lugar donde se hallaba” el policía nacional y su expareja, “y no de un encuentro casual”.

El instructor tuvo en cuenta “la reiteración en el ataque y la dirección de las cuchilladas, dirigidas a zonas vitales, aunque gracias a la reacción de la víctima y la ayuda de los presentes pudiese esquivar en parte el ataque y minimizar sus efectos”

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Un indicio para sostener esa tesis es que el procesado envió presuntamente a su expareja, con anterioridad al intento homicida, varios mensajes de voz de carácter amenazante, dirigidos al policía. “Me da igual que seas madero”; “te voy a matar”; “en cuanto te vea me voy a echar a tu cuello”; “te mato en cero coma”, remitió, según el auto del magistrado instructor.

Esa mañana también había escrito a la mujer, con insultos y amenazas. Además, el instructor tiene en cuenta “el acometimiento por la espalda y de forma sorpresiva”; “el empleo de un arma blanca portada al efecto con el que el procesado atacó a la víctima”, así como “la reiteración en el ataque y la dirección de las cuchilladas, dirigidas a zonas vitales, aunque gracias a la reacción de la víctima y la ayuda de los presentes pudiese esquivar en parte el ataque y minimizar sus efectos”.

El magistrado aprecia “indicios suficientes” de un presunto delito de homicidio en grado de tentativa, y de un presunto delito de amenazas. Es previsible que también sea acusado de un delito de quebrantamiento de condena, por vulnerar la medida de alejamiento con respecto a su expareja.

Hasta la fecha se desconoce la versión del presunto agresor, que se ha acogido al derecho a no declarar en la fase de instrucción. Su abogado, Manuel Franco, explica que una vez que se presenten los escritos de acusación estudiarán los hechos y la calificación para preparar la defensa.

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