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Un detenido por acuchillar a un policía niega ser traficante: “En la comisaría dijeron que me arruinarían la vida”

A juicio por el hallazgo de cocaína y MDMA en un garaje que tenía alquilado, aunque él asegura que la droga no era suya

Rubén R. L., en el juicio por presunto tráfico de drogas, ayer en la Audiencia Provincial. IÑAKI OSORIO

En junio de 2020, Rubén R. L. fue detenido por acuchillar presuntamente a un policía fuera de servicio que estaba en una terraza del centro de Ourense junto a unos conocidos, entre ellos la expareja del acusado, de la que este último tenía una orden de alejamiento. Tras su arresto, la Policía Nacional solicitó autorización al juez para verificar si eran ciertas las sospechas sobre narcotráfico que tenía de este hombre desde abril de 2020, en pleno confinamiento. En un garaje de un edificio en obras que había alquilado, los investigadores hallaron cocaína y MDMA.

En un trastero de esa dependencia encontraron una caja de zapatos en la que había 48 pastillas, con un peso de 17,552 gramos y un valor en el mercado de 503,52 euros. En otro envoltorio había 3,31 gramos de cocaína, valorada en 186,23 euros. En otro paquete se hallaron 15,41 gramos de heroína, cuyo precio en el mercado ascendía a 829 euros. Además de útiles para cortar, prensar y preparar las sustancias, en una bolsa de plástico había un bloque de 350,1 gramos de cocaína, cuyo valor fue cuantificado en 32.725,90 euros.

La droga almacenada en el garaje e incautada por los policías. // POLICÍA

Por este presunto delito contra la salud pública fue juzgado este jueves en la Audiencia Provincial de Ourense. La Fiscalía solicita 3 años y medio de prisión más una multa de 75.000 euros. La causa por la tentativa de homicidio todavía no ha llegado a juicio. El SUP, el principal sindicato de la comisaría, está personado para representar al agente.

En la vista de ayer por tráfico de drogas, Rubén R. L. negó que la sustancia fuera suya o que se dedicara al trapicheo. En el derecho a la última palabra manifestó que, tras ser detenido por la agresión al agente, “en comisaría me dijeron que me iban a arruinar la vida”.

La defensa: “Ningún policía pudo acreditar ningún indicio de una venta”

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La fiscal mantuvo su petición de condena y considera que existen pruebas suficientes de su implicación. La acusación sostiene que guardaba la droga en el garaje con la intención de venderla. Señala que la cantidad excede de la que podría aceptarse para consumo propio y el hallazgo de distintas sustancias es un indicio de narcotráfico. Además, se encontraron sustancias de corte, como un bote que el encausado dijo que eran “proteínas”, en el registro.

La defensa discute que hubiera base suficiente para practicar esa entrada porque, tal y como manifestaron los policías de estupefacientes, solo se hicieron seguimientos pero no se llegó a levantar ningún acta a supuestos compradores. “Ningún policía pudo acreditar ningún indicio de una venta”, incide el abogado. Los agentes siguieron una ruta del investigado en coche, por la ciudad y A Valenzá, que resultó “sospechosa”, según una de las investigadoras.

Registraron el garaje tras forzar la puerta

La defensa considera que la entrada y registro en el garaje es nula, por una falta de motivación del atestado policial. “Con un acta de dos horas y media se justifica un registro. No hay fundamento. Si esto es el Derecho estamos en una inseguridad jurídica absoluta. El acta de vigilancia no aporta nada, son simples sospechas”, dijo el letrado en su informe. El jefe del grupo antidroga testificó que, a los “dos o tres días”, tuvieron que interrumpir esa investigación para centrarse en otro caso más grave y urgente.

La defensa también discute que los policías hubieran forzado la puerta. Los agentes explicaron que el encausado les dijo que no tenía llaves y el propietario del garaje, la persona que se lo había alquilado, también aseguró que se las había entregado una vez firmaron el contrato. Además, el dueño dio permiso a los agentes para que usaran la fuerza. En cualquier caso, la fiscal recordó que un garaje no cuenta con la protección de inviolabilidad del domicilio.

El forense dijo en el juicio que el análisis de pelo para determinar si el acusado había consumido en los tres meses anteriores dio negativo. El letrado alega que el varón está a tratamiento en la actualidad en la unidad de conductas adictivas

Rubén R. L. asegura que, cuando supuestamente fue observado por los policías durante su ruta por la ciudad con paradas en el garaje –era un “zulo” para la droga, según el jefe del equipo policial de estupefacientes– él trabajaba transportando un cargamento de aceite a Madrid. Además sostiene que no alquiló el garaje hasta días más tarde de ese seguimiento, ya en el mes de mayo.

Dijo que en ese lugar solo guardaba el coche y que el trastero en el que se encontró la droga él no lo había alquilado, ni tampoco tenía la llave. El propietario declaró que le alquiló el espacio completo –200 euros al mes– y le dio las llaves en la fecha que figura en el contrato, mayo de 2020, pero no antes. Cuando se firmó el acuerdo el lugar estaba vacío, añadió.

En el caso de que se dicte una condena, la defensa solicita la aplicación de una atenuante de drogadicción. El forense dijo en el juicio que el análisis de pelo para determinar si el acusado había consumido en los tres meses anteriores dio negativo. El letrado alega que el varón está a tratamiento en la actualidad en la unidad de conductas adictivas.

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