Que Ourense pierde población es innegable. Los datos económicos y de empleo laboral denota que la tasa de paro juvenil sube cada mes y no precisamente porque haya oportunidades para los más jóvenes en una de las provincias más envejecidas de España y de Europa. La despoblación visibiliza la falta de servicios en el rural ourensano y ya es una cuestión de Estado hablar de las regiones “vaciadas”.

Un estudio de la investigadora María Pilar Burillo, experta en Desarrollo Rural Serranía Celtibérica, determina que la Franja Céltica, a la que pertenecen seis provincias, tiene 7,9 habitantes por kilómetro cuadrado, donde Zamora sería la peor parada con 6,31, León seguiría en el segundo puesto con una densidad de población 6,76 habitantes por kilómetro cuadrado, Salamanca sería la tercera con 7,55 y Ourense la cuarta con 9,18. Las provincias de Cáceres y Badajoz, con 9,25 y 11,98, serían las que más densidad de población tendrían.

Antes estos negros datos de densidad demográfica, y provincias que pierden paulatinamente población en cada ejercicio, la Asociación Viriatos de Zamora pidió contemplar la posibilidad de que se reconozca a la Franja Céltica, como define la investigadora a estos territorios, como “región funcional” o “zonas geográficas con autoridad administrativa” con el objetivo de reivindicar a las regiones “vaciadas” para ser más competitivas y captar más recursos. Señalan que este reconocimiento como “región administrativa serviría para unirnos en defensa de nuestros intereses, igual que hacen las cuencas hidrográficas”.

Desde el colectivo visibilizan la lucha demográfica y ejemplifican un nuevo modelo administrativo territorial que dejaría a un lado la provincias y unificaría la “raia” en términos de despoblación en una nueva zona que incluiría a la Franja Céltica, que la investigadora Burillo define como las provincias de Ourense, León, Zamora, Salamanca y parte de Cáceres y Badajoz.

A este respecto, los números serían que la Franja Céltica española agruparía 511 municipios con un censo total de 238.000 habitantes y la homóloga lusa serían 346 freiguesías con 162.000 habitantes, lo que se traduciría en más de 400.000 habitantes afectados.

Otro argumento para el reconocimiento de dicha región y poder así combatir los pueblos fantasma serían que la región podría optar a fondos “importantísimos” para desarrollar proyectos, incentivar la demografía y atraer tejido económico.