Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Las operaciones del grupo provincial antidroga llevan a prisión a diez delincuentes en un año

Además de luchar contra el narcotráfico, estos policías persiguen el tráfico ilícito de vehículos, buscan a fugitivos y controlan locales de apuestas. En 2021 se incautaron de 2 kilos de cocaína, 2,4 de marihuana y 7,4 de hachís

Droga, dinero y armas incautados en la Operación Vietnamita, en marzo de 2021. Policía

“Nosotros decimos, de broma, que somos como una pequeña Udyco, porque además de la lucha contra el narcotráfico a nivel provincial, a pequeña y mediana escala, también perseguimos el tráfico ilícito de vehículos, localizamos a fugitivos que son buscados a nivel internacional, lo que suele deparar una o dos operaciones al año, y también controlamos los locales de apuestas, en colaboración con la Unidad Adscrita”, señala el inspector Miguel Marín, responsable desde hace seis años del grupo operativo de drogas de la comisaría de la Policía Nacional en Ourense.

En el despacho del jefe de estupefacientes hay un sofá cubierto por carpetas que guardan los atestados de las operaciones en curso, en fase de investigación policial. La acción contra los individuos u organizaciones criminales que se lucran con la venta de drogas requiere un tiempo mínimo que puede demorarse varios meses, según el caso. Vigilancias con discreción, escuchas, seguimientos con balizas..., técnicas de investigación en coordinación con la Fiscalía y los magistrados de instrucción.

“El momento de la detención es el de mayor carga y descarga de adrenalina. En las horas previas de espera hay nerviosismo”

decoration

“La colaboración con los jueces y el fiscal es excelente. Siempre están disponibles para atendernos en su despacho y responden al teléfono a cualquier hora. Es fundamental, porque nos facilita actuar sobre seguro. También es muy buena la colaboración con la Guardia Civil y Vigilancia Aduanera”. En este trabajo los pasos son lentos pero firmes.

Por ejemplo: una actuación cuyos inicios se remontan a noviembre estallará, con detenciones, en febrero, calcula este veterano policía, que ingresó en el cuerpo hace 33 años. En 2021, incluyendo en la cifra las funciones adicionales además de la persecución del narcotráfico, el grupo llevó a cabo 15 operaciones que se saldaron con un total de 38 detenidos. Diez de estos presuntos delincuentes ingresaron en prisión provisional.

"Un consumidor de cocaína puede pasar desapercibido y, de hecho, es de todos los estamentos sociales y ejerce cualquier tipo de profesión"

decoration

Ese éxito, indica Marín, es el que reporta una mayor satisfacción a los agentes. Es la recompensa a tanto trabajo. “El momento de la detención es el de mayor carga y descarga de adrenalina. En las horas previas de espera hay nerviosismo”, admite el inspector. Que una operación termine con resultados, con la incautación de droga y arrestos, produce “placer. Es nuestra motivación”.

En sus acciones contra el narcotráfico en 2021 en Ourense, estos investigadores han conseguido sacar de la calle casi 2 kilos de cocaína, unos 2,4 kilos de marihuana, cerca de 7,4 kilos de hachís y unos 161 gramos de heroína. Una droga, esta última, “que no todos venden y con la que se trafica en puntos concretos, pero que siempre está. Es la droga que hace más daño. Genera adicción y demacra, mientras que un consumidor de cocaína puede pasar desapercibido y, de hecho, es de todos los estamentos sociales y ejerce cualquier tipo de profesión”.

Sesenta euros cuesta el gramo de cocaína en este mercado ilícito, 6 el de hachís y algo más de 5 el de marihuana. Después, en el barrio de Covadonga, que sigue siendo el supermercado de la droga en la ciudad, muchos traficantes optan por distribuir la droga en micras.

"En Covadonga hay edificios enteros en los que se vende droga. Tienen su sistema de seguridad, vigilancia con cámaras y los ‘aguadores’, que avisan cuando ven a la Policía. Si tienen tiempo, tiran la droga por el váter o incluso la queman en la chimenea”

decoration

“La consiguen y la cortan muchas veces, hasta elaborar las llamadas ‘puestas”, cuya pureza es mínima y hace que algunos toxicómanos tengan que tomar más de una dosis al día”, explica.

El barrio es el principal ‘punto negro’ de trapicheo. En marzo, la Policía Nacional cerró la Operación Vietnamita, asestando un nuevo golpe a uno de los clanes históricos. Hubo tres detenidos por narcotráfico y tenencia ilícita de armas de fuego real. Se incautaron papelinas de cocaína y heroína, una roca de esta última droga, así como marihuana, hachís, dinero y dos revólveres.

Los narcopisos: lugares donde comprar y consumir

Una de las grandes dificultades para llevar a cabo operaciones en Covadonga es dominar el factor sorpresa. “Hay muchas madrigueras, incluso edificios enteros con seis u ocho viviendas en las que venden en todas. Tienen su sistema de seguridad, vigilancia con cámaras y los llamados ‘aguadores’, que avisan cuando ven a la Policía. Si tienen tiempo, tiran la droga por el váter o incluso la queman en la chimenea”, explica Marín.

En ocasiones, lo que dificulta la persecución del delito es la infraestructura. La identificación de consumidores e incautación de droga a la salida de los lugares de venta da base a la Policía para solicitar autorización judicial para llevar a cabo un registro. La instalación de narcopisos complica ese paso. En los propios domicilios donde se distribuyen las sustancias hay espacio para que el toxicómano consuma e incluso se quede a ver la televisión, a comer o a dormir.

Traslado de un detenido al juzgado de Ourense. INAKI OSORIO

“Los clanes de siempre siguen activos porque llevan años dedicándose a eso y es el único trabajo y medio de vida conocido por muchos. Es un problema social porque quienes siguen con la actividad han nacido en ese ambiente, viendo cómo el padre llevaba esa vida.

“La colaboración ciudadana es fundamental”, subraya Marín. “Todos los días entran informaciones que debes cotejar. Jamás he descartado ninguna”

decoration

El dinero fácil tira y, aunque corren el riesgo de ser detenidos, “las penas están enfocadas a la rehabilitación y es muy difícil que se cumplan plenamente en prisión. Yo, en seis años, he podido detener a a algunas personas seis veces. En mi caso no creo demasiado en la reinserción. Algo falla en el sistema porque puedo demostrar que muchos que han entrado vuelven a delinquir”, afirma el responsable.

“El ocio nocturno es uno de los puntos negros”

En Ourense hay varios ‘puntos negros’ de venta de drogas. “El ocio nocturno es uno de ellos, lo garantizo”, dice el inspector.

La labor de control recae sobre todo en la UPR de Seguridad Ciudadana, que lleva a cabo dispositivos periódicos en comunicación con estupefacientes. Más allá de algunos casos puntuales de venta tolerada en los locales que se han detectado en los últimos años, permitir el consumo es una infracción administrativa que puede implicar el cierre del negocio.

¿De qué punto parten los agentes para poner la lupa en un presunto traficante? “La colaboración ciudadana es fundamental”, subraya Marín. “Todos los días entran informaciones que debes cotejar. Jamás he descartado ninguna”. Muchos de estos avisos son anónimos.

"Quien viene aquí es elegido por mí personalmente. Este es un grupo bastante endogámico, muy nuestro, en el que tienes que guardar especial sigilo y una dedicación plena. Todos saben que los puedo llamar a las 3 de la mañana y tienen que presentarse aquí"

decoration

A veces, añade el jefe, los propios investigados hablan, buscando un perjuicio menor o compartir culpas. “La palabra confidente ya no existe”, asegura el inspector. “Trabajamos con informadores que, de manera gratuita, cuentan algo. Algunos porque, una vez pillados, no quieren comerse solos el marrón. Otros actúan por venganza. Hay quien llama desde prisión porque le ha caído una condena”.

Comisaría de la Policía Nacional en Ourense. FERNANDO CASANOVA

Hacen falta más agentes

El grupo de drogas, adscrito a la Brigada de Policía Judicial, dispone de siete efectivos, el jefe incluido. Es una cifra escasa para la exigencia de la tarea. En pandemia, además, es necesario trabajar en dos grupos burbuja.

El comisario, dice Marín, ha prometido asignar dos nuevos policías entre este año y el que viene. Para trabajar en estupefacientes hace falta una pasta especial. “El grupo está hecho a mi imagen y semejanza. Quien viene aquí es elegido por mí personalmente tras una entrevista. Este es un grupo bastante endogámico, muy nuestro, en el que tienes que guardar un especial sigilo y una dedicación plena. Todos saben que los puedo llamar a las 3 de la mañana y tienen que presentarse aquí”, ilustra.

Compartir el artículo

stats