Ourense despide el año con récord de contagios y rozando los 4.000 casos activos

Cribados de test de antígenos. |   // IÑAKI OSORIO

Cribados de test de antígenos. | // IÑAKI OSORIO / S. DE LA FUENTE

Ourense llega al último día del año rozando los 4.000 casos activos por coronavirus, una cifra que supera todas las marcas anteriores y que ilustra el carácter explosivo de los contagios en esta ola. En solo 24 horas, la provincia sumó 613 positivos, rompiendo otra vez el techo de nuevas infecciones en un día.

Los datos actualizados por el Sergas ayer contabilizan 3.905 casos activos a escasas horas de cerrar 2021, 498 más que la jornada anterior, lo que marca también una cifra de récord, ya que en toda la pandemia no se había registrado un salto tan importante en infecciones activas.

Pese al considerable incremento de los casos, la presión hospitalaria está controlada, si bien este jueves aumentaron los ingresos en planta, que pasó de 38 a 44. La UCI, con siete pacientes, se mantiene sin cambios.

Ourense vivió la semana previa a las vacaciones navideñas varias jornadas de descenso en la curva, pero el día 23 empezó a sumar. Solo en los cinco días posteriores a la celebración de la Navidad se registraron más de dos mil contagios, que mitigados por las altas, se traducen en 1.039 casos activos más. La ciudad de As Burgas cierra el año con 1.800 vecinos infectados por el virus.

Según los datos facilitados por el área sanitaria, en la última semana se realizaron 11.940 test de antígenos, con 947 resultados positivos, y 10.991 PCRs, de las que 1.690 confirmaron la presencia del virus.

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La explosión de contagios se extiende por toda la provincia, pero hay un concello que ha logrado esquivar el virus mientras los registros se disparan. Porqueira, en la comarca de A Limia, es el único que llega al final del año sin casos activos. “Cruzamos los dedos”, dice la alcaldesa, Susana Vázquez Dorado, consciente de que las interacciones de las fiestas navideñas y la movilidad hacia la capitalidad comarcal, situada en Xinzo, para las compras y reuniones en estas fiestas son factores de riesgo.

En cualquier caso, felicita a los vecinos del municipio porque, afirma, “han demostrado una gran responsabilidad”. Señala que el pasado año el concello sufrió un brote de coronavirus con más de 30 contagiados que se originó en una macromatanza. “Tras esa mala experiencia, las matanzas este año han sido muy familiares”, apunta la regidora. Las interacciones en los bares, añade, se hacen en el exterior, al igual que las visitas en la residencia de mayores. “Todo esto unido influye, pero también está el factor suerte”, opina.

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