Fenómenos delictivos en constante ascenso, como el cibercrimen, preocupan a las autoridades. Es una problemática que afecta a todos los territorios, por la ubicuidad y la instantaneidad de internet, y porque casi todos tenemos un smartphone, que es una ventana abierta al mundo.
La comisaría provincial de Ourense, que cuenta con una unidad especializada con cinco policías dedicados a la investigación de estos hechos, recibió en 2020 una media de casi tres denuncias diarias –1.020 en total–, la mayoría por estafas en varias modalidades. “Muchos de los delitos que hasta este momento se cometían en la calle se están cometiendo ya la red”, advertía el pasado octubre el comisario Juan Carlos Blázquez.
El comisario sostiene que "si todas las entidades financieras ponen en práctica la directiva europea sobre la doble identificación será mucho más difícil de violentar. En la medida en el que las entidades hagan una mayor inversión en seguridad eso va a redundar en una mayor eficacia. Incorporar la doble identificación en cualquier operación hace más difícil vulnerar el sistema"
Dos meses después, el jefe provincial mantiene el tono: “El incremento es importante, no exponencial pero sí aritmético. La red da una apariencia de seguridad que es falsa. Es un medio que las organizaciones están aprovechando para delinquir”, subraya.
Blázquez es más partidario del “método” que de un gran aumento de efectivos, sin perjuicio de que el grupo provincial contra los delitos telemáticos haya ido sumando agentes en los últimos años, para hacer frente al incremento.
“Paliaremos y evitaremos esta modalidad delictiva si hacemos una política criminal mucha más preventiva, informando al ciudadano a través de Participación Ciudadana [con especial atención en los mayores, uno de los colectivos vulnerables por su menor conocimiento de las tecnologías y de la red], más una segunda faceta que es muy importante: si todas las entidades financieras ponen en práctica la directiva europea sobre la doble identificación será mucho más difícil de violentar. En la medida en el que las entidades hagan una mayor inversión en seguridad eso va a redundar en una mayor eficacia. Incorporar la doble identificación en cualquier operación hace más difícil vulnerar el sistema”, dice.
"Si la red es global la respuesta policial ha de ser global"
El cibercrimen tiene un alcance global. Dejó en 2020 en España casi 288.000 denuncias, un 31,9% más que en 2019 y el 16,3% del total de delitos registrados, cuando el ejercicio anterior la proporción era del 9,9% y, en 2016, del 4,6%. En Galicia se denunciaron 14.632 casos, un 26% más que en 2019. Con el confinamiento, el teletrabajo y el aumento de compras, navegación y comunicación telemáticas, los ataques aumentaron mientras la delincuencia física se reducía por las restricciones de movilidad.
En muchas ocasiones, la víctima está en una ciudad, una villa o una aldea, y el autor o autores en otro país. “Desde el punto de vista de la investigación son necesarios acuerdos internacionales que, operativamente, sean muy activos y rápidos, para que nos permitan operar de una forma global. Si la red es global la respuesta policial ha de ser global”, recuerda el comisario provincial. “Trabajar contra el cibercrimen tiene que abarcar el ámbito internacional, con una potencia operativa muchísimo mayor que la que tenemos en la actualidad”.
Desde enero a septiembre de 2021, según el último balance del Ministerio del Interior, la criminalidad creció un 9,1% en el municipio de Ourense, donde la Policía Nacional tiene la competencia en la prevención e investigación de delitos. En 2020, cuando irrumpió la pandemia, la delincuencia bajó un 12,8% en la capital de As Burgas.
Tras un aumento del 13,1% de los robos con fuerza en domicilios, establecimientos y otras instalaciones –164 hechos de enero y septiembre–, el comisario afirma que en la actualidad hay “muy pocos”, y añade que “no tenemos detectada ninguna organización itinerante que nos esté dando problemas de robos en domicilios”. Con todo, recomienda mejorar los sistemas de seguridad en las viviendas. “Económicamente no es muy relevante y oferta un plus de seguridad”.
