“Estaba denunciando la situación en la que nos encontrábamos, hacían ferias mientras tenían a familias sin cobrar durante más de un año, yo solo la daba a conocer. El día que cobramos del seguro, de Fogasa, se cortó todo. Intentamos acordar sin llegar a juicio, siempre por las buenas, pero no cogía el teléfono. No se presentó al juicio, acaba ese proceso y aparece esta denuncia para pedir un dinero que ni siquiera nos pagaron".

Es el alegato de M. P., un trabajador que fue juzgado ayer en el Penal 2 de Ourense, acusado por su antiguo jefe –trabajaba en una cafetería de Santiago regentada por una mercantil de la que el perjudicado era uno de los socios– de los delitos de calumnias, injurias y acoso (en la modalidad de ‘stalking’ u hostigamiento).

Publicó mensajes y contenidos en un perfil de la social Facebook, entre agosto de 2018 y julio de 2019 (permanecieron hasta noviembre de ese año). La Fiscalía no acusa y la defensa, que entre otros argumentos apela a la libertad de expresión, solicita la absolución.

Un “influencer de la cerveza”

El denunciante asegura que con las invitaciones al boicot de varios eventos –ferias del sector de la cerveza artesana– por parte del acusado, sufrió un perjuicio. “No apoyes a una empresa que gana dinero a base de timar a sus trabajadores”, es uno de las frases citadas por la acusación particular, que ve “difamatorios” los mensajes y solicita un año y nueve meses de prisión, y 15.000 euros de indemnización. “Hacía coincidir las publicaciones con las fechas en las que mi representado organizaba sus eventos”, afea.

“No ha pedido perdón en ningún momento. Preocupa su sensación de impunidad, se cree que está haciendo lo correcto y está amparado por el derecho. Si sale absuelto, sería peligroso y nefasto, porque mañana mismo se pone a repetir estas conductas ilegales”

El acusado tenía un perfil de Facebook con 79.000 seguidores, dedicado a la promoción de esa bebida. “A nivel de Galicia era un influencer de la cerveza artesana”, sostiene la acusación particular. “Hay personas para las que las redes sociales son la Biblia y lo que se publica ahí va a misa. He sufrido económicamente, ha habido lugares donde no pude hacer las ferias, como Santiago, Viveiro o A Coruña. Hubo gente que dejó de participar conmigo. Iba a hacer daño y lo consiguió”, afirmó ayer en el juicio el denunciante, que es presidente de una asociación gallega y uno de los principales promotores en la comunidad de la cerveza artesana. “Me machacó día y noche durante dos años, y ni la Policía ni la Guardia Civil me decían cómo pararlo”, dijo.

La acusación particular indica que, en abril de 2019, la esposa del denunciante se puso en contacto por Facebook con el acusado instándolo a que parase y con aviso de denuncia. Él presuntamente publicó ese mensaje, indignado por la situación de impago que sufría. La acusación particular insiste en que la cafetería no tiene nada que ver con la entidad que organizaba los eventos cerveceros, “unos 15 o 20 al año, algunos con hasta 35.000 euros de coste”, declaró el perjudicado.

La defensa: "Cuando cobraron parte de la deuda, porque la empresa se dejó morir sin saldarla por completo, ya cesaron las publicaciones"

“Llevó a cabo sus conductas de calumnias, injurias y acoso durante dos años. La cronología está acreditada con capturas de pantalla y el acusado no ha negado los hechos. Él no pedía un boicot para la cafetería donde trabajaba, sino que atacaba donde podía hacer daño, las ferias, en las que no trabajaba”, subrayó el letrado de la acusación particular.

“No ha pedido perdón en ningún momento. Preocupa su sensación de impunidad, se cree que está haciendo lo correcto y está amparado por el derecho. Si sale absuelto, sería peligroso y nefasto, porque mañana mismo se pone a repetir estas conductas ilegales”, añadió esta parte.

Argumentos de la defensa

La defensa sitúa los hechos en “un contexto laboral por la falta del pago de salarios y unos graves incumplimientos con los trabajadores”. Hizo las publicaciones, alega el letrado, “en el ejercicio de su derecho a la libertad de expresión para denunciar una situación injusta. No solo no recibía sus salarios, sino que los responsables de la empresa daban la callada por respuesta”, argumenta.

La defensa añade que la denuncia pública del acusado “no hace referencia al perjudicado, sino a la mercantil como deudora”. Y añade que “nada se demuestra sobre daños a la persona y al patrimonio, que de hecho continuó con su actividad con una absoluta normalidad. Cuando cobraron parte de la deuda, porque la empresa se dejó morir sin saldarla por completo, ya cesaron las publicaciones”, finalizó el abogado.