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La incidencia se dispara en la capital y crece la inquietud ante la fácil dispersión hacia el rural

El eje Ourense-Barbadás, Allariz y O Carballiño concentra el 70% de los 1.351 casos activos en la provincia | Solo 25 concellos siguen libres del virus | La carga asistencial aumenta: 12 nuevos ingresos en un solo día

La mascarilla sigue siendo un método eficaz contra el COVID y su uso al aire libre es mayoritario en Ourense. | // IÑAKI OSORIO

Entre 7 y 10 días después de una explosión de contagios aumenta el número de personas hospitalizadas. “Es lo que nos ha enseñado esta pandemia”, apunta el gerente del área sanitaria de Ourense, Félix Rubial, y lo que reflejan las estadísticas que ofrece diariamente la pandemia en la provincia.

En una semana se han duplicado los casos activos de COVID-19 (de 693 a1.351) y la carga asistencial se ha disparado de 13 pacientes ingresados a 42, siendo el fin de semana el momento de mayor crecimiento de la presión. En el mismo período, la Unidad de Cuidados Intensivos del CHUO pasó de tener un enfermo con diagnóstico positivo a cinco.

La diferencia con olas anteriores, matiza el gerente, es que hay menos casos que requieren cuidados asistenciales y, a la vez, los cuadros clínicos son menos graves, “gracias al efecto protector de la vacuna”. De hecho, el índice de hospitalización respecto al global de infecciones activas en la provincia es en este momento del 3%, y el 40% de los hospitalizados tiene menos de 70 años.

Desde el área sanitaria inciden en el factor clave que supone la inmunización y prueba de ello, señala Rubial, es que “hay un 5% de población general que está sin inmunizar, pero entre el conjunto de casos activos y hospitalizados, los que están sin vacunar son el 20%. Es un dato relevante, nos dice que el riesgo es tres veces superior”, incide.

En este escenario, y con las fiestas señaladas del mes de diciembre que arranca mañana, la situación no es buena. Especialmente en Ourense, que al igual que en otras fases de esta pandemia, presenta una evolución peor al resto de la Galicia. La incidencia acumulada en el área sanitaria está por encima de 400 casos por cada cien mil habitantes, por encima de la media gallega, y en el caso de la capital supera los 660, muy lejos del resto de ciudades gallegas.

Félix Rubial, gerente del área sanitaria de Ourense, Verín y O Barco. IÑAKI OSORIO

El crecimiento desbocado de los positivos en As Burgas, que ayer contabilizaba 735 infecciones activas, preocupa especialmente en el área sanitaria porque las posibilidades de diseminación de los contagios hacia el entorno rural son importantes. “En una provincia como esta, en la que Ourense ocupa un lugar muy central, salvo para las comarcas de Valdeorras y Monterrei”, explica Rubial, “es preocupante la alta incidencia en la ciudad, porque es una ciudad muy permeable, con una intensa relación social, laboral, cultural, deportiva y económica con el resto de comarcas”. Por lo tanto, añade, hay elevadas posibilidades “de que exista una diseminación en forma de mancha de aceite hacia concellos limítrofes”.

Después de un mes de noviembre caliente en interacciones sociales por la festividad de Todos los Santos y los magostos, el inicio de la temporada de matanzas y la llegada de un mes como diciembre, con el puente de la Constitución a la vuelta de la esquina y la celebración de la Navidad, intensifica la relación de la población de la ciudad con el rural. Esto eleva la probabilidad de que la infección se disemine más allá de las fronteras “y tienda a equipararse con la situación en Ourense”, apunta Rubial.

Vacuna y medidas de autoprotección

Ante un riesgo como este, el gerente incide en el cumplimiento de las medidas que ya han demostrado su efectividad, además de la vacunación: mascarilla, distancia, higiene y una interacción social contenida y responsable.

El foco de atención está centrado en estos momentos en cuatro concellos: Ourense y Barbadás (que en términos epidemiológicos funcionan como una unidad por la conexión con A Valenzá), con 735 y 85 casos, respectivamente, Allariz (70) y O Carballiño (65). Los cuatro concentran el 70% de las infecciones activas en la provincia, mientras el número de concellos sin positivos se reduce a 25.

La sexta ola, marcada en su inicio por los brotes familiares y sociofamiliares vinculados al Samaín y Todos los Santos, se ha visto reforzado en Ourense por el efecto San Martiño y magostos, y esto ha derivado, explican desde el área sanitaria, en nuevos focos en escuelas y empresas que van sumando casos y complicando la trazabilidad. Un dato sí es claro, apunta Rubial: “El 50% de los casos activos se concentra en la franja de 30 a 59 años, que es un grupo con mucha interacción tanto hacia arriba como hacia abajo, y esto también nos preocupa”. La tranquilidad, añade, la proporciona otra cifra: solo un 4,4% de los casos activos son mayores de 80 años, que son el colectivo por edad y patologías, más vulnerable. Un claro efecto, señala el gerente, de la dosis de refuerzo de la vacuna.

Otra Navidad sin las atracciones de Pazolandia

La evolución epidemiológica en los próximos días, y sobre todo la asistencial, serán claves a la hora de adoptar nuevas restricciones. “No se descartan”, señala el gerente, Félix Rubial, que pone en valor el uso del pasaporte COVID, avalado por el TSXG, como “salvoconducto de salud”. Señala que, de ser necesario, podría extenderse a otros ámbitos. Además, el área sanitaria se mantiene a la expectativa de lo que ocurra con la variante ómicron. Precisamente ayer se detectó en Madrid el primer caso en un viajero procedente de Sudáfrica.

Con todo, y a la espera de las próximas decisiones de la Xunta en consulta con el comité clínico, la Diputación de Ourense optó ayer por suspender por segunda Navidad consecutiva el salón infantil y juvenil de atracciones Pazolandia. Así lo decidieron el presidente provincial, Manuel Baltar, y el asesor de Deportes, Bernardino González, en una reunión en al que analizaron la actual situación sanitaria provocada por el COVID-19, y cuya evolución, comunicó la Diputación posteriormente, “desaconseja la organización de actividades multitudinarias en espacios cerrados”. Manuel Baltar expresó su firme deseo de que el próximo año “podamos abrir de nuevo el mayor parque de atracciones de Galicia”, al tiempo que hizo “una llamada a la prudencia de toda la ciudadanía ourensana en estos complejos momentos y a las puertas de unas fiestas muy familiares, pero también de enorme importancia para empresas y negocios”.

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