Estaba previsto que ayer se celebrara el juicio en el que Mamadou Touré (Senegal, 1977) reclamase la custodia de su hija de cuatro años –que actualmente permanece en un hogar de acogida–. Sin embargo, la ausencia de la madre biológica de la menor como testigo ha provocado que la sesión se suspendiera. Además, la Fiscalía ha solicitado que tanto la niña como el padre sean examinados por el Imelga –Instituto de Medicina Legal de Galicia– antes de dictar sentencia.

La Fiscalía ha solicitado que tanto la niña como el padre sean examinados por el Imelga

El progenitor –que será sometido a examen forense– llegó a España en patera en 2008. Tras varios problemas con el narcotráfico acabó ingresando en prisión, periodo durante el que nació su hija de cuatro años, a la que ahora quiere recuperar. “No la he visto nunca más que por fotos”, reseñaba a este periódico la semana pasada.

El pueblo de Manzaneda –donde reside desde que salió de la cárcel hace tres años– se concentró para mostrarle su apoyo incondicional en esta lucha que emprendió cuando aún se encontraba entre rejas. “En cuanto supe que la niña había nacido, escribí una carta en la que la reconocía como propia, pero no pude hacerlo legalmente hasta que me dieron la libertad condicional”, explicaba.

El análisis forense resulta esencial para establecer el perjuicio o beneficio que supondría para la menor separarse de su núcleo familiar durante los últimos cuatro años

Con este aplazamiento del juicio, la abogada defensora se mostraba satisfecha al entender que el testimonio de la madre biológica es esencial para saber si de verdad su cliente tenía interés en hacerse cargo de su hija desde un principio. Junto a su testimonio, el análisis forense resulta esencial para establecer el perjuicio o beneficio que supondría para la menor separarse de su núcleo familiar durante los últimos cuatro años –residió con padres de acogida que iniciaron los trámites de adopción, ahora paralizados ante la demanda de Mamadou– o permanecer en él.

Señala María Álvarez, letrada defensora, que la custodia de la niña se le quitó a la madre cuando solo contaba con dos meses de vida y que en ningún momento del procedimiento se tuvo en cuenta al padre por no poder reconocerla legalmente hasta su salida de la cárcel. “Sí se descartó que otros familiares maternos, como la abuela o la tía de la menor, pudieran hacerse cargo de ella, pero nunca se inició el expediente con respecto al padre”, finaliza.