La Facultad de Educación y Trabajo Social se convirtió en punto de encuentro y homenaje para aquellos docentes y alumnos que fallecieron recientemente. El rector de la Universidad de Vigo, Manuel Reigosa, y la vicerrectora del campus de Ourense, Esther de Blas, presidieron un acto en el que compañeros de profesión, familiares y amigos quisieron recordar a los que ya no están.

“Decidió estudiar Psicología, carrera nueva y que no existía en Galicia por aquel entonces, por lo que no dudó en trasladarse a Salamanca”, contó sobre Antonio López Castedo el docente y amigo Alfredo Campos que compartió con él momentos desde que ambos eran alumnos universitarios.

Destacó de él su rigurosidad metodológica a la hora de investigar y sus clases prácticas, altamente atractivas para los alumnos –dirigió 16 tesis–, durante sus casi 40 años en la enseñanza. “Méteme, Padre eterno, en tu pecho, misterioso hogar. Dormiré allí, pues vengo deshecho del duro bregar”, finalizó en su intervención Campos, recordando así el epitafio que tiene Miguel de Unamuno en su lápida en el cementerio de Salamanca –que ambos docentes conocían y visitaban con asiduidad–.

“Mi padre fue de los que fundan y construyen. Es y será de los imprescindibles. Maestro de generaciones: de las de ayer, de hoy y de mañana”

“Mi padre fue de los que fundan y construyen. Es y será de los imprescindibles. Maestro de generaciones: de las de ayer, de hoy y de mañana”, afirmó Elena López, su hija, durante el acto.

“Todos los años que recuerdo, desde finales de los 80, implican a Manuel porque trabajábamos y lo hacíamos todo juntos”, ensalzó sobre Manuel Vidal López –fallecido en agosto– su amigo, compañero y director de tesis Pedro Membiela. “Los que lo conocíamos sabemos que los acuarios y terrarios del laboratorio dependían de él, desde que se montaron hasta su mantenimiento”, destacó sobre el apasionado biólogo que siempre estaba dispuesto a participar en las pequeñas iniciativas que hacían mejor la comunidad educativa.

“En casa con sus hijos compartía aquellos conocimientos que más disfrutaba. Y espero que su obra y trabajo perdure en el tiempo”

Su mujer, Nelly Rodríguez recordó, profundamente emocionada, su capacidad de adaptación y su pasión por la divulgación: “En casa con sus hijos compartía aquellos conocimientos que más disfrutaba. Y espero que su obra y trabajo perdure en el tiempo”.

También se rindió un cálido homenaje a los alumnos Alberto Beade Dopazo e Indiana Ferro Varela, que aparecen incluidos en el libro conmemorativo elaborado por la facultad con motivo del 20 aniversario del edificio.

El emotivo evento contó con la actuación musical de Ilduara Perianes y Miguel Sáez Sotelo –miembros del Coro Universitario del campus de Ourense– que interpretaron, entre otras piezas, ‘Negra sombra’.