A sus 44 años, se ha sometido a más de 25 intervenciones quirúrgicas, entre las que se incluyen tres trasplantes de riñón que resultaron incompatibles. Pablo Delgado de la Serna (Madrid, 1977), fisioterapeuta, profesor e investigador en la Universidad Francisco de Vitoria, cuenta su historia en ‘Diario de un trasplantado’ (Libros.com).

“La suerte que he tenido es que no me he visto obligado a adaptarme a nada, porque empecé mi proceso con solo 6 meses de vida. Recibo 63 horas a la semana de diálisis peritoneal, he tenido tres trasplantes y el 2 de febrero me cortaron una pierna. No puedo bailar, ¡pero es que llevaba veinte años sin correr! En cambio, puedo pasear con mi hija e ir a la universidad. He aprendido a valorar lo que tengo y a vivir cada día. Tengo una mujer maravillosa y una niña de casi 3 años que es mi gran alegría”.

El autor presentó ayer su libro autobiográfico en el Instituto de la Familia, en Ourense –de donde es su esposa y donde él trabajó, en el hospital El Carmen–, en el primer encuentro con lectores desde la publicación de la obra, que salió a la venta el pasado mes de marzo.

Partiendo de su experiencia como paciente crónico, Pablo, que cuenta sus días también en el perfil de Instagram ‘Diario de un trasplantado’, muestra, con un tono coloquial y relajado, la importancia de mantener una buena actitud vital, con momentos de “montaña rusa” y bajón lógicos y necesarios, reconoce.

“Hay momentos desgarradores y otros alegres. Me acuerdo del día que me dijeron que me tendrían que cortar la pierna, y que además era posible que en dos años perdiera las dos. Llegué a casa, se lo conté a mi mujer y nos dio un ataque de risa. A los minutos estábamos llorando”.

En el confinamiento tras la irrupción de la pandemia, se le ocurrió grabar en vídeo una serie de consejos, para afrontar con entereza la dura restricción de entonces. Aquellas publicaciones sirvieron de idea y de base para el libro. “Era un modo de comunicarme con mis amigos. Intentaba publicar uno cada semana, que después transcribí. Daba consejos para mantener un orden y no dejarse, en primer lugar, y también aportaba reflexiones y una filosofía de vida, para intentar ayudar”, recuerda.

Con su ejemplo de lucha y de optimismo como motor vital, de tratamiento en positivo de una enfermedad crónica, él estaría dispuesto, asegura, a volver a intentarlo, a someterse a una nueva intervención para ver si el cuarto trasplante funciona, “pero no puedo porque resulta difícil desde el punto de vista inmunológico y existe riesgo vital”.

Además de ser fisioterapeuta y profesor universitario, Delgado de la Serna estudia Humanidades. También dedica parte de su tiempo a ayudar a personas enfermas como él, ofreciéndoles apoyo y consejo, con el modo luchador y optimista que proyecta en su libro.