El alza de precios a estas alturas del año con respecto a 2020, por la subida de la luz, el combustible y las materias primas, hace que muchos consumidores adopten precauciones para evitar el encarecimiento extra de algunos productos a medida que se acerque la época navideña, que este año dará lugar a más celebraciones y reuniones que el pasado diciembre –y, por lo tanto, a una mayor demanda–, cuando la situación de la pandemia era mucho peor y aún no había vacunas.
En la pescadería Lola&Espe, del mercado de abastos de Ourense, Esperanza Santos confirma el inicio de la tendencia de anticipación a las compras. “Hay quien ya se está llevando nécoras, centollas y alguna almeja para congelar”. Es una decisión de algunos clientes, para gastar menos.
“A lo mejor, en la centolla de la ría se pueden ahorrar un mínimo de 10 euros el quilo. La cuecen, la envuelven en un paño humedecida con el agua de cocer y la meten en el congelador en una bolsa bien cerrada”, explica esta profesional. Un tipo de marisco del que se ha abierto la veda hace pocas semanas y cuyo precio es superior al de estas alturas del año pasado.
“Estas últimas semanas, la gente empieza a preguntar para saber más o menos el precio y cuándo encargar, aunque lo fuerte aún no ha llegado”, indica la pescadera.
En Cárnicas Milucho no notan por ahora un aumento de encargos para Navidad, “pero lo que sí están haciendo es preguntar precios, para ir programando y decidir si compensa o no adelantar las compras”, señala Ángel Manuel González. Según datos provinciales del IPC, la vida se ha encarecido en lo que va de año en Ourense un 5,6%. La alimentación es uno de los sectores en los que más se aprecia el incremento de precios. “Nosotros notamos que se está encareciendo bastante el cordero, sobre todo el lechal. Pueden ser un par de euros más el quilo, de diferencia”.
La mejora de la situación de la pandemia animó a un incremento del consumo. De cara a la mayor demanda que habrá esta Navidad, y a su posible repercusión en los precios, “nosotros contamos con que la subida que pueda producirse sea mínima”, dice este carnicero.
Ellos son uno de los sectores que han sufrido la carestía de la vida en los últimos meses. “Cualquier carnicería ha visto encarecer los costes. Compramos los terneros directamente en origen, que vamos a buscar. El matadero subió, tenemos que pagar para que nos traigan la carne. Aquí tengo ocho neveras tirando de la luz, tal y como está la energía. Nos vemos asfixiados”, advierte Ángel.
