Un hombre de 48 años, al que una orden judicial le prohíbe acercarse a su exmujer, al igual que comunicarse por cualquier medio con ella, fue juzgado ayer por quebrantar presuntamente la prohibición, aunque él no admite el delito. La Fiscalía pide 1 año de prisión. En una ocasión, la vio en Hacienda y le pidió que lo llamara; y, cuatro veces en diciembre de 2019, la saludó desde su coche, siguiendo uno de los días al bus en el que iba, según la acusación.