Los ganaderos se hartan: “Un becerro nos cuesta 150 euros más pero lo vendemos por 50 menos”

Hartos de producir a pérdida, de que los costes se disparen –piensos, combustibles, luz, materias primas– mientras sus precios de venta se desploman y parecen de décadas atrás, los ganaderos salieron ayer a la calle en Ourense, para mostrar su malestar y reclamar precios justos.

“Producir un becerro cuesta en torno a 150 euros más que en enero de 2020, y lo estamos vendiendo por 50 euros menos, esto es, un diferencial de 200 euros. Es muy difícil de mantener en el tiempo”, alerta el responsable de Agricultura y Ganadería de Unións Agrarias, Xosé Ramón González.

Con cencerros, bocinas, el esqueleto de una res y con pacas de paja, que quemaron a lo largo del recorrido –tuvieron que actuar los bomberos–, denunciaron ayer en el centro de Ourense “la grave crisis” del sector. Advierten de la posible muerte de sus explotaciones –hay unas 1.500 de vacuno en la provincia– si no suben los precios para compensar el incremento de los costes de producción.

Durante la protesta, que transcurrió desde la Subdelegación a la sede territorial de la Xunta, los manifestantes expusieron la “situación insostenible” que sufre el sector. Piden el apoyo de las administraciones para poder hacer frente a las pérdidas derivadas del incremento de los gastos, una situación a la que añaden los daños causados por el lobo.

Un golpe al rural

“Estamos hablando de zonas donde es muy difícil mantener población”, recuerda González, que lanza “un SOS demográfico”. Los ganaderos reclaman a la Xunta ayudas directas así como la puesta en marcha de “un observatorio de precios creíble” que permita garantizar la producción ganadera.

Asimismo, piden que el Ministerio de Agricultura “entre de oficio” para que se cumpla la Ley de Cadena Alimentaria. Subrayan que “no puede ser” que suban los costes de producción mientras baja el precio de venta. Consideran que esta situación podría abocar no solo al cierre de las explotaciones sino también “al derrumbe económico” de la provincia.

El ganadero Miguel Gómez considera “muy complicado” poder vivir de la ganadería con estas condiciones, una problemática a la que se suma los daños por el lobo. “No puedo dedicar tres días a buscar una vaca en el monte y dejar al resto de animales sin atender ni tampoco pagar un seguro y que, cuando muera un animal, tenga que pagar para que lo recojan”, dijo, en declaraciones recogidas por EFE.

La provincia cuenta con cerca de 1.500 explotaciones, de las cuales el 96 por ciento se dedican a la producción de carne. Entre 900 y un millar “viven exclusivamente de la actividad”, según datos de Unións Agrarias. El sindicato calcula que las pérdidas, solo en la provincia de Ourense, superan los 3 millones de euros.