Arian, de sufrir la represión en Cuba a estrenar toga en Ourense: "No me imaginaba estar aquí hoy"

"Cuando me encerraron en Cuba pensé que pasaría por lo menos un año en prisión” | “Temo no poder entrar en mi país”

Arian González (derecha), con el abogado Alfredo Bermúdez, su padrino. // F. C.

Arian González (derecha), con el abogado Alfredo Bermúdez, su padrino. // F. C. / J. Fraiz

Javier Fraiz

Javier Fraiz

Ourense

“Es un luchador por la libertad”, destacó el abogado Alfredo Bermúdez al apadrinar, ayer, el ingreso en el colegio profesional de Ourense de Arian González Pérez, letrado, maestro ajedrecista –dio clases en el Liceo para costearse sus estudios de Derecho– y cubano que sufrió, el pasado verano, la represión de la dictadura de su país.

El 12 de julio –un día después de que comenzaran las manifestaciones a lo largo y ancho de la isla caribeña–, a Arian González lo detuvieron, tras pedir a gritos “libertad” en la calle, por lo que el gobierno castrista consideraba un delito de incitación a las masas al desorden público. Permaneció privado de libertad –primero, en comisaría, y después en prisión–, y la acusación incluso llegaría a elevarse a una más grave de desacato, con posibles penas de cárcel de entre uno y tres años.

Representantes del Colegio de la Abogacía y del Liceo comenzaron a activar los resortes para denunciar su detención ante la Embajada de España en Cuba, e incluso la leyenda Kasparov urgió su excarcelación. El embajador Ángel Martín Peccis hizo su trabajo para que Arian pudiera volver a ser libre. Ayer fue “un día muy emocionante”, comparte. Formalizaba su entrada en el colegio de la abogacía de Ourense.

"Dejé atrás a muchos compañeros de celda encarcelados, a los que han condenado injustamente a altas penas de cárcel. El Gobierno de España y la Unión Europea tienen una responsabilidad en esa lucha a favor del pueblo cubano y los derechos humanos"

“Tuve un verano agitado en un tiempo que fue histórico para Cuba. Los cubanos han planteado una lucha cívica por la libertad. Yo me uní a ese cambio y a ese clamor. Esa lucha continúa, de una manera pacífica, hasta que los gobernantes tengan pleno respeto a los derechos humanos de los cubanos, tanto de los que están dentro como de los que estamos fuera. Afortunadamente, para mí todo salió bien y puedo estar en este acto tan bonito. Estoy feliz”, valoraba el abogado, de 33 años.

No pensaba en poder estar aquí hoy. Cuando fui encerrado en Cuba me imaginé que, por lo menos, estaría un año en prisión”, aseguró, agradeciendo el apoyo del colegio, la Embajada, el mundo del ajedrez y también la prensa.

“Estoy haciendo vida normal, pero dejé atrás a muchos compañeros de celda que están encarcelados, a los que han condenado injustamente a altas penas de cárcel. Creo que, de alguna manera, el Gobierno de España y la Unión Europea tienen una responsabilidad en esa lucha a favor del pueblo cubano y de los derechos humanos”.

“Este es un régimen que no olvida a los que han hecho sombra a su poder. Temo que no me dejen entrar a mi país, que esté desterrado de una manera absoluta y no pueda ver a mi familia”

En estos inicios en la profesión de la abogacía, Arian González se ha dedicado, sobre todo, al derecho público –la vía penal y administrativa–, y también ha conocido de casos de derecho civil, mercantil o laboral.

Este nuevo abogado en ejercicio en Ourense salió absuelto, pero recuerda: “Este es un régimen que no olvida a los que han hecho sombra a su poder. Temo que no me dejen entrar a mi país, que esté desterrado de una manera absoluta y no pueda ver a mi familia”, señala.

Cualquier excusa para ellos es válida para no dejar entrar a Cuba. Hay casos de cubanos que han llegado a La Habana en aerolíneas como Air Europa o Iberia, a los que les han dicho en el mismo avión que no tienen permiso para entrar, y la aerolínea los ha tenido que regresar. El destierro es una violación muy grave de los derechos humanos y la dictadura cubana lo ha hecho y lo seguirá haciendo. No nos podemos fiar”, indica.

Arian pretende regresar a su país, “cada año”, afirma. “En el verano de 2022 quiero ir a ver a mi madre, que está enferma. Esperemos que haya un cambio y una apertura hacia el respeto de los derechos humanos, y que me dejen ver a mi familia”, ansía.

“Yo no soy un político, soy un ciudadano libre que entendió el deber de los cubanos de aportar su granito de arena en la búsqueda de un país más libre y justo”.

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