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Ourense

El área metropolitana de Ourense gana atractivo demográfico durante la pandemia

Concellos como Toén, Coles, San Cibrao, Pereiro de Aguiar y Barbadás aumentan su padrón municipal en el 2021 | El coste de la vivienda, la tranquilidad del perímetro rural y menos impuestos, los motivos del aumento

Yoli, Carla y Rubén en el patio de su casa en una parroquia del Concello de Amoeiro. | // FERNANDO CASANOVA

La pandemia aceleró la búsqueda de otro tipo de vivienda familiar. Los pisos con terraza se revalorizaron, las casas duplicaron su precio y casas con piscina adquieren costes que en muchos casos son inasumibles. El confinamiento supuso un antes y un después en muchos casos, para decidir la forma de vivir en los próximos años.

Y en esa decisión, el “éxodo urbano” supone un movimiento natural que hace que el perímetro rural de Ourense así como su área metropolitana adquieran atractivo por su cercanía con la capital y los servicios esenciales para poder vivir. El municipio vecino de Barbadás pasó de tener 11.158 habitantes el pasado año, a tener 11.185 a 1 de enero de 2021. Un incremento que también experimentan concellos como Pereiro de Aguiar que crece en más de 300 vecinos (6.350 en 2020 a 6.610 en 2021), Toén que dio la bienvenida a más de 20 vecinos (2.353 en 2020 a 2.370 en 2021) y Amoeiro que engordó su padrón municipal pasando de 2.296 vecinos el pasado año a 2.398 durante este año.

El rural o las zonas de perímetro rural que rodean a la capital ourensana experimentan un serio atractivo centrándose en la tranquilidad de la naturaleza, menor porcentaje de impuestos, el coste de la vivienda y el acceso a los servicios esenciales como guarderías municipales, mejores conexiones de internet que antaño, centros de salud, colegios y la ciudad “a diez minutos”.

Carla señala los kiwis que tienen en su patio. | // F.C.

De Cudeiro a Amoeiro

Carla tiene 18 meses y sonríe ante la presencia de desconocidos. Sus progenitores, Yoli y Rubén, tratan de hacer pequeñas reformas en una de las zonas de la casa: “Estamos reformando las ventanas porque las que tenía la casa eran de estas de antes, de aluminio, y nos entraba mucho aire y ahora para el invierno nos viene bien, para que no entre tanto el frío”.

Ellos se instalaron en una parroquia de Amoeiro en abril de 2021, después de comprar la casa en 2020. Le dieron muchas vueltas, pero tras más de casi dos años buscando una casa, decidieron establecerse en Amoeiro por el precio de la vivienda y por la cercanía con la ciudad. Ante la pregunta por qué Amoeiro, dicen que “llevábamos tiempo juntos y buscando una casa, pero los precios en la ciudad son desorbitados. Además siempre fuimos de casa, tanto él como yo, de hecho antes vivíamos en una en Cudeiro. Y encontramos este casa, que era algo asequible. Porque la casa tal y como está, esta muy bien de precio comparada con otras que vimos que estaban por encima de los 200.000 euros y eso más la hipoteca se te va de presupuesto”.

Su búsqueda partió de portales de internet y se centraron en los concellos de alrededor de la capital porque califican de “inasumible” comprarse una casa en el concello capitalino. Y sobre el mercado inmobiliario, Rubén dice que “desde la pandemia y con todo el tema del confinamiento el precio de las casas y de los pisos con terraza se revalorizó mucho y claro cuanta más demanda más suben los precios”.

Cuando se lo dijeron a sus amigos y familiares, les dijeron que “nos comentaban que si no sería algo lejos, pero nosotros en 10 o 15 minutos estamos en el trabajo”. Lo que más echan de menos es ir andando a tomar un café, pero Yoli dice que “esto te da tranquilidad y si quieres ir a tomar un café tienes que ir a Amoeiro, pero bueno son cinco minutos en coche, la verdad, no cuesta nada”.

Carla sonríe mientras intenta tocar los kiwis que el anterior propietario tenía en el patio de la casa y Coco, un pitbull de ocho años, está ansioso por salir del garaje para ver quién está fuera. La pequeña llegó durante la pandemia y sus progenitores no querían juntarla con muchos niños en la guardería por el temor al contagio. Desde el Concello les asesoraron que tenían una Casa Escola y cubrieron la solicitud. Yoli comenta que “pues está muy bien, la niña se lo pasa bien y son todo facilidades. Además para poder incorporarme a trabajar fue genial porque la niña puede estar desde las 8 hasta las 4 de la tarde y muy bien, muy contentos y ella se adaptó muy rápido”.

No hay fibra, pero tiran de conexión a internet mediante datos y en caso de tener que teletrabajar podrían perfectamente. Yoli dice que “no siempre tienes 5G pero la verdad es que no tenemos queja ninguna”. La casa todavía no está a su gusto, pero estaba perfecta para entrar a vivir y “poco a poco” harán de ella su casa ideal.

Serán sus primeras navidades en la casa y tienen claro que la adornarán para que la pequeña Carla disfrute de la que va a ser su casa a partir de este año. Tendrá jardín para jugar, una piscina desmontable al lado de casa y mucha naturaleza para disfrutar. Lejos del ruido y del bullicio, pero cerca de todo lo que les hace falta.

“Maruxa, nuestra única vecina, nos recibió genial, ya tenemos patatas de por vida”

Yoli, Rubén y Carla solamente tienen una vecina en cien metros a la redonda. Se llama Maruxa y los recibió como buena gallega. “La verdad es que nuestra vecina muy amable y la verdad que espectacular”, dice Rubén. Y Yoli añade riendo que “nos recibió genial tenemos patatas de por vida” . Sobre los vecinos de Amoeiro o de los núcleos de alrededor señalan que “la verdad que todos muy bien, a los que conocemos o a los que pudimos saludar, y cada vez que vamos a Amoeiro, todo el mundo es acogedor”. Ellos notan que cada vez hay más gente que escapa de la ciudad y se instala en el área metropolitana de Ourense. El atractivo del perímetro rural ourensano cada vez va a más y Yoli dice que “se nota que cada vez, hay más gente joven que decide venirse a los concellos limítrofes”. Y estos, los concellos, dan la bienvenida con las facilidades que pueden para fijar población y olvidarse de la etiqueta del “Ourense vaciado”.

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