El Concello de Carballeda de Avia celebra que la Xunta proyecte un espacio agrario de experimentación en la aldea modelo de Muimenta, destinado a emprendedores, y que se pondrá en marcha en 2022. Será el primero de la provincia y, a mayores, el alcalde, Luis Milia, anuncia otro proyecto, municipal, para este pueblo, que consiste en que también sea modelo urbanístico, con una oferta de viviendas para acoger a esos futuros emprendedores que quieran trabajar las tierras y vivir allí.

Carballeda de Avia participa en un taller de empleo conjunto con los concellos de Ribadavia y Castrelo de Miño. En su caso, optó por la formación en agricultura ecológica pensando precisamente en esa aldea modelo. Se formarán en la materia unas siete personas. Milia destaca que en los presupuestos de la Xunta para 2022, Agader contempla una partida importante para la formación y experimentación de actividades agrarias en las que personas jóvenes o emprendedoras puedan formarse, y eligió precisamente Muimenta.

El alcalde explica que se quiere que la gente vea que cultivando hortalizas u otros productos y de forma ecológica, “se puede vivir”, y que en el mercado la calidad es lo que diferencia unos productos de otros y de ahí la apuesta por lo ecológico. Destaca que Muimenta tiene buena tierra y dispone de regadíos, siendo idónea para este tipo de cultivos, aunque también para lo agro-forestal.

Censo de viviendas en ruinas

Y ya contando con este proyecto agrícola, y con la intención de que quienes se formen en este taller puedan aplicar lo aprendido en esta localidad y a su vez instalarse a vivir allí y asentar población, el Concello quiere que Muimenta sea también una aldea modelo a nivel urbanístico, “sin aberraciones urbanísticas” por lo que ya trabaja en un censo de viviendas en mal estado o en ruinas, para proponer a sus propietarios la opción de venderlas para que sean reformadas por nuevos vecinos que quieran vivir allí, o que las rehabiliten con ayudas de subvenciones para que las destinen a alquiler o a la venta con el mismo fin, en un pueblo de “gente trabajadora” en el que los jóvenes se marcharon y quedaron los mayores, que rondan los 70 años. El pueblo también cuenta ya con servicio de banda ancha.

Señala es una forma de “atraer gente joven” y de “recuperar las tierras para que otros las trabajen”, y si hay que hacer cierres o regadíos se encarga la Consellería.