Viaje a la historia de Ourense desde los tejados de la catedral

El recorrido funciona desde el último fin de semana de octubre y se complementa con la visita al campanario.

El recorrido funciona desde el último fin de semana de octubre y se complementa con la visita al campanario. / Iñaki Osorio

Edith Filgueira

Ourense

Desde lo más alto de la catedral los ourensanos pueden entender y descubrir sobre su ciudad muchas cosas que no han estudiado en los libros. Algunos secretos pasan desapercibidos por ser de reciente hallazgo y otros porque no entran dentro del temario que se imparte en las aulas.

"Cuando otros pueblos asediaban la ciudad, la gente venía corriendo y se escondía aquí. También había un pozo en la capilla de San Juan"

“Poca gente se da cuenta, desde abajo, de que esta catedral era defensiva. De ahí las torres de las que dispone. Cuando otros pueblos asediaban la ciudad, la gente venía corriendo y se escondía aquí. También había un pozo en la capilla de San Juan que permitía a los habitantes guarecerse durante varias semanas o meses. A esto también se debe la fisionomía del casco histórico: las casas están muy juntas y apiñadas alrededor del templo porque servía de refugio”, explica al comenzar el recorrido por las cubiertas la guía Noemia Valado.

Pero antes de llegar al exterior, las angostas escaleras de caracol por las que se asciende ya dan buena cuenta de cómo era la vida en los siglos XII y XIII –cuando se irguió la construcción– en la villa. “En las piedras y columnas se pueden apreciar diferentes marcas. Corresponden a los canteros que trabajaron en la construcción. Si no se marcaban, no se cobraban. También se puede apreciar, en uno de los escalones, un ajedrez esculpido en el suelo. No sabemos quién lo usaba, creemos que los canteros en sus descansos, pero de momento son solo suposiciones”, relata la profesional.

Noemia Valado es la guía de artiSplendore en el templo.

Noemia Valado es la guía de artiSplendore en el templo. / Iñaki Osorio

“La plaza del Trigo, como su nombre indica, era el lugar donde se vendía el cereal y otros víveres. Los soportales tienen la misma función que la inclinación de la plaza Mayor, unos metros más abajo. Y es que la lluvia era persistente y caía con abundancia y era importante tener dónde resguardarse y que el agua se evacuase de un modo rápido, desembocando en el río”, argumenta la historiadora y divulgadora.

En las paredes –que no se pueden apreciar de ningún otro modo por estar en la fachada interior– se presentan ante los ojos del visitante figuras de escribanos, almas que suben al cielo, gárgolas o músicos tocando una corneta medieval. Levantando la vista: la iglesia de la Santísima Trinidad –que funcionaba como hospital de peregrinos– o la plaza de la Magdalena –en la que se ubicaba un cementerio y una pequeña capilla–.

El contenido del recorrido no es siempre el mismo, se va dejando a los visitantes interactuar, y los datos que Valado aporta hacen referencia a otras curiosidades que pertenecen al interior del edificio. “En Ourense tuvimos la suerte de que no vinieron los británicos a hacer un molde de escayola en el pórtico y la policromía se conservó de un modo muy fiel a la original. Que permaneciese cerrado y resguardado de las inclemencias meteorológicas contribuyó también a su buen estado actual.

Para rematar, Valado regala otras dos curiosidades: “Cuando Alfonso XII visitó la fuente de As Burgas se hizo una pequeña corrida en la plaza de toros que se instaló, años antes, en lo que ahora es la plaza Mayor”. ¿La que falta? El terremoto de Lisboa de 1755 causó desperfectos en la estructura del templo.

En dos turnos, a las 11.30 y las 12.30 horas, los visitantes conocen la fisionomía de la ciudad.   | // IÑAKI OSORIO

En dos turnos, a las 11.30 y las 12.30 horas, los visitantes conocen la fisionomía de la ciudad. | // IÑAKI OSORIO / Edith Filgueira

“Mis padres nos recomendaron venir y la verdad es que es espectacular”

De diferentes procedencias y por diversas causas llegan a la provincia los turistas que estos días ya pueden disfrutar de las panorámicas que se otean desde algunos de los puntos más altos de la catedral.

Noelia Maseda y su pareja vinieron desde Asturias y, al visitar el templo, en la entrada les informaron de que podían acceder a los tejados, así que se animaron y extendieron un poco el tiempo que tenían planificado para dedicar a la catedral. “Nos comentó la guía que si esperábamos un poco, podíamos aprovechar y sumarnos al primer recorrido de esta mañana. Así que nos apuntamos”, explica.

Llegaron el viernes y ayer ya se iban a recorrer otros puntos de la geografía gallega, pero reconocen que Ourense no les defraudó después de las expectativas generadas por sus padres. “Nos recomendaron ellos que viniéramos, que no nos lo podíamos perder. Y la verdad es que tenían razón. La catedral es espectacular”, valora.

“El color oscuro de la piedra le da personalidad al templo”

Ángel López y su mujer vienen desde Écija (Sevilla) con motivo del congreso de médicos rurales que este fin de semana se celebra en la ciudad. En total pasarán en la provincia cuatro días y, entre ponencia y ponencia, consiguieron sacar hueco para descubrir lo que ocultan las piedras del templo.

“Nos ha parecido muy bonita. Tiene una imagen de Santa Ana, que es la patrona de nuestro pueblo, y eso nos ha alegrado la mañana. Que se pueda subir a los tejados y la torre del campanario, sin duda, enriquece la visita”, explica él.

“La capilla del Santo Cristo impresiona muchísimo. El jueves por la noche había misa y nos quedamos. Y el color oscuro de la piedra le da una personalidad muy fuerte al templo”, añade ella. Aunque confiesan entre risas que el sabor del pulpo y las zamburiñas que probaron estos días por Ourense será lo realmente difícil de olvidar.

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