Una biblioteca rural convertida en almacén de albañilería
El Concello de Castrelo cedió el local en desuso a los vecinos y ahora lo reclama para guardar material de un taller de empleo

Exterior del local con el cartel elaborado por los niños, ya retirado. / FdV
L.F.
En la parroquia de Macendo, en Castrelo de Miño, se puso en funcionamiento en agosto una pequeña biblioteca en un local cedido por el Concello. Pero poco les duró la alegría a los vecinos y usuarios, ya que ahora el gobierno lo quiere utilizar para guardar herramientas y material de un taller de albañilería.
“Así se destruye la cultura en el rural; luchamos contra las denominaciones peyorativas de ‘Galicia profunda’, y aquí tenemos un ejemplo de los que hacen todo lo posible para que sea así”, lamenta Elizabeth Garrido, profesora del IES As Lagoas, de Ourense, y vecina del lugar. Fue ella la que este verano se propuso catalogar la gran cantidad de material bibliográfico que posee y colocarlo en el bajo de su casa para ofrecerlo como consulta o lectura particular. Una idea que le gustó al edil de Cultura y “me animó a hacer un escrito al Concello” para solicitar el bajo de la antigua escuela, cuyo inmueble pasó al Concello y lleva cerrado seis años.
Garrido se pudo en contacto con el CEIP Castrelo de Miño para saber su opinión, y al claustro le pareció “una idea maravillosa”. De hecho, organizaron un club de lectura con los niños vía telemática, y propusieron hacer una lista de títulos para realizar lecturas en una de las salas y solicitar ayudas para animación a la lectura.
En su escrito al Concello solicitó el uso del local hasta septiembre una hora por la mañana y otra de tarde los 7 días, y de septiembre a junio dos horas los fines de semana, recibiendo el día 3 de agosto el visto bueno del alcalde.

Puesto con libros en la biblioteca. / FdV
Tras recoger las llaves, ella y unas vecinas limpiaron y acondicionaron el local y abrieron la biblioteca “Oitopés Macendo”. Poco a poco, relata, “este pequeño proyecto comenzó a dar sus frutos y los padres empezaron a acompañar a sus hijos y a llevar libros de lectura para todos los de casa”. Y desde el resto del municipio les llegan cajas con libros cedidos y donados.
Hasta que en septiembre “recibo dos whatsapps de un responsable del Concello instándome a retirar el letrero y entregar las llaves”. El pasado viernes el alcalde le notificó que necesitan guardar allí material del taller, y que si quería seguir con el local se pusiera en contacto para ver la forma de compartirlo. Garrido, que escribió preguntando cómo se compartiría, apunta que el Concello dispone de muchos otros locales para almacén. Este miércoles, personal del Concello, “entre ellos el alcalde, entraron sin comunicármelo por escrito”, como usuaria del local, y retiraron el letrero de la fachada pintado por los niños, por lo que envió una instancia solicitando una explicación al respecto.
Por su parte, el regidor, Avelino Pazos, apunta que este taller va arreglar varias fuentes de Macendo y necesita ese local por ser el más idóneo para la formación y guardar el material, pero que “tan pronto vengan a hablar con nosotros se les dará la opción de compartirlo u otro local en Macendo”.
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