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La hora del reloj de la catedral se cambia por internet desde Alemania

El deán: “Yo a los sacristanes les digo: el sirviente fiel de la catedral es el reloj digital” | “El cabildo está actualizado, al día en la modernidad”

El deán y uno de los sacristanes, en la central de mando automatizada que controla el reloj y las campanas de la catedral de Ourense. // IÑAKI OSORIO

Tras una puerta maciza de madera se entra en la sacristía de la catedral de Ourense. En un armario en el que se guardan algún cirio y elementos procesionales, está la central de mando automatizada que regula el reloj de la basílica ourensana así como las campanas. Ya no es preciso subir varias veces al día los 107 escalones de piedra, como se hacía por rutina antaño, para llegar al campanario y tañer las ocho campanas que esparcen su sonido por la ciudad vieja, anunciando las horas, los cuartos, las medias, los tres cuartos, los cuatro cuartos, el Ángelus y otros toques o repiques que dependen de las celebraciones y tradiciones litúrgicas.

La tecnología controla, al detalle, tanto la melodía de las piezas de bronce –unos electromazos con una bola del mismo metal hacen el trabajo– como el cambio horario de invierno y de primavera. Desde hace unos años, el ajuste del reloj de la iglesia –visible desde la Plaza del Trigo– se realiza a través de internet desde un centro de control en Alemania, según el deán, José Antonio Pérez. A las 3 de esta pasada madrugada también fueron las 2 en la catedral.

La central que controla reloj y campanas desde la sacrístia. El deán, con la ‘app’ del móvil que le permite manejar las campanas. // I. OSORIO

Hay ocho campanas, datadas entre los siglos XVII y XIX, en la torre del campanario –San Martiño y San Bartolomé son las de mayor tamaño–, una atalaya sobre el casco viejo –ofrece una vista de 360 grados de Ourense–, que pueden visitar los residentes y los viajeros como parte del recorrido turístico por la seo de San Martiño. Construida en los siglos XII y XIII, cuenta con atractivos como el Pórtico del Paraíso, el cimborrio, el altar mayor, las capillas del Santo Cristo o de San Juan, así como valiosos objetos custodiados en su museo, un tesoro que están estudiando investigadoras de distintas disciplinas del CSIC.

En los estatutos de la catedral de 1906 se menciona al campanero, un cargo que era nombrado por el obispo y por el cabildo. “Es de su obligación tocar las campanas al amanecer, a mediodía y al anochecer, y a todas las horas canónicas, festividades y funciones de la Iglesia, y en los demás casos, actos y solemnidades que corresponda”. El sacristán mayor supervisaba el trabajo del campanero. En el siglo XIX, Teresa Pinedo fue mujer campanera en la catedral de Ourense, pese a que la tradición no lo permitía porque se creía que la resonancia podría afectar a los partos.

La torre del reloj de la catedral de Ourense. // IÑAKI OSORIO

Un mecanismo que ahora se conserva en la capilla de San Juan era el que se utilizaba antiguamente para el cambio manual de la hora, un método que dejó de utilizarse en torno a los años setenta del siglo pasado. Después se pasó al sistema electrónico, operando un reloj en la sacristía y dejando unas horas de margen para que el cambio se produjera en la torre.

El antiguo mecanismo con el que se cambiaba la hora de forma manual. Se conserva en la capilla de San Juan. // IÑAKI OSORIO

Ahora, la tecnología ajusta al instante, automáticamente. “Significa que el cabildo está actualizado y al día en la modernidad”, dice el deán, que incluso dispone de una app en su móvil con la que puede controlar las campanas a distancia. “Yo a los sacristanes les digo: el sirviente más fiel en la catedral es el reloj digital”.

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