El homicida confeso del Bar Novo también admite un atraco con pistola posterior: acepta tres años y medio
Cometió el robo violento en una gasolinera mes y medio después del crimen, en pleno confinamiento

El acusado compareció por videoconferencia desde prisión. | // I. OSORIO / J. F.
J. F.
En prisión provisional, Jonatan R. P. está a la espera de que la Audiencia Provincial de Ourense señale fecha para que un tribunal del jurado dictamine el grado de responsabilidad por el homicidio, que admite, del hostelero Evaristo M., alias Joaquín, el propietario del Bar Novo de la calle Colón de Ourense, al que presuntamente mató con el cristal de una botella, durante una discusión porque la víctima, un presunto traficante, no quería entregarle la cantidad de cocaína que pretendía el cliente, debido a una deuda previa. Por dos gramos de diferencia brotó la violencia.
En esa causa, en la que el acusado reconoce los hechos desde que lo detuvo la Policía, e incluso se ha mostrado arrepentido, la Fiscalía solicita una condena de 12 años de prisión. Ayer, en una videoconferencia desde el centro penitenciario, Jonatan R. P. aceptó 3 años y medio de cárcel por otro delito que también reconoce: un robo con violencia, perpetrado con pistola, en una gasolinera de Bentraces (Barbadás). Estos hechos ocurrieron un mes después del crimen. El acusado se enfrentaba a una petición inicial de 5 años. El acuerdo de conformidad se materializa con la aplicación de la atenuante cualificada de confesión.
La prueba de su autoría en el robo con violencia es la identificación de la ropa –llevaba un pasamontañas– y la pistola en el vídeo de seguridad del atraco. En el crimen del Bar Novo, presuntamente usó un arma detonadora para golpear en repetidas ocasiones al hostelero durante el fragor de la discusión. Con Evaristo M. en el suelo, el encausado presuntamente se abalanzó sobre él y, tras coger una botella de cristal del suelo, la rompió y la empleó para clavársela en el cuello en varias ocasiones. Con uno de esos ataques seccionó la vena yugular interna de la víctima, causándole una hemorragia mortal. Su cuerpo fue encontrado el 5 de febrero a las 20.30 horas, pero la investigación posterior determinó que había fallecido 22 horas antes. El robo con violencia ocurrió mes y medio más tarde, sobre las 21.15 horas del 21 de marzo de 2020. Apenas había transcurrido una semana de confinamiento por el COVID.
En compañía de otra persona no identificada, el encausado accedió encapuchado a la gasolinera de Bentraces, ubicada al pie de la carretera de Celanova. Encañonó a uno de los empleados y le exigió que le entregara el dinero, mientras el otro atracador rompía los cables del teléfono. Consiguieron apoderarse de 300 euros de la caja registradora, de la cartera de un trabajador, que contenía 100 euros, así como de su teléfono móvil. Los perjudicados renunciaron a cualquier indemnización que pudiera corresponderles.
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