Un hijo de solo dos meses murió por estar expuesto a un calefactor, y el mellizo ingresó con fracturas costales. Por estos tristes hechos ocurridos en marzo de 2019 en la ciudad de Ourense, A. S. M. y D. V. L. –el padre y la madre– pactaron y aceptaron una condena de tres años de prisión por los delitos de homicidio imprudente y de lesiones, una sentencia que fue ratificada el pasado mes de junio en un acto de conformidad, en el Penal 1, que evitó la celebración del juicio.

La defensa anunció aquella jornada que solicitaría la suspensión de la pena de cárcel y, días más tarde, registró el escrito. La Fundación Amigos de Galicia, que ejerce la acusación popular en defensa del interés de los menores, no se opone a la concesión de dicho beneficio para la madre, pero sí rechaza que favorezca al padre. El encausado permanece en la actualidad en el centro penitenciario, por un robo con violencia y por otro robo con fuerza.

El juzgado resolverá tras escuchar la postura de todas las partes. Además de la Fiscalía, la acusación también fue ejercida por la Xunta. El ministerio público, la administración y la fundación aceptaron rebajar la petición inicial de 7 años, a 3, tras el acuerdo con las defensas y la admisión de los hechos por parte de los padres acusados. En una diligencia del letrado de la administración de justicia de fecha 1 de octubre, el Penal 1 de Ourense ha dado traslado a todas las partes para que se pronuncien sobre si procede suspender la pena.

La Fundación Amigos de Galicia, representada por el abogado Francisco Lago, rechaza el beneficio para el caso del progenitor “en tanto no se acredite su deshabituación, y es que pasó muy poco tiempo y sería muy perjudicial para el niño encontrarse otra vez en la misma situación de la que salió”. Además, “tampoco ha mostrado voluntad de pagar la indemnización que le fue impuesta, por lo que no muestra interés en reparar el daño ocasionado”.

“Uno de los dos progenitores asió y presionó fuertemente a uno de los bebés por los costados, con el conocimiento del otro progenitor, que no trató de evitarlo. Lo zarandearon con brusquedad y con una fuerza desproporcionada"

La entidad se basa en un informe del centro penitenciario para señalar que el acusado, “pese a encontrarse a tratamiento con metadona, ya que tiene establecido como actividades prioritarias realizar un programa de deshabituación de drogas y alcohol, rechaza su derivación a la comunidad terapéutica intrapenitenciaria, recomendada por el grupo de atención al drogodependiente”. Esta acusación subraya que “resulta discutida la eficacia deshabituadora del tratamiento con metadona, por lo que resultaría más recomendable que siguiese dicho tratamiento ante la comunidad terapéutica penitenciaria”.

En su oposición al beneficio para el padre, Amigos de Galicia indica que “no consta a esta representación que el penado haya realizado un mínimo esfuerzo para satisfacer las responsabilidades civiles a cuyo pago fue condenado”. La condena de conformidad fijó la retirada de la patria potestad, 8 años de alejamiento para el padre y ninguno para la madre –a la que se le permiten visitas programadas con su hijo, tutelado por la Xunta y con una familia de acogida–, así como 11.400 euros en concepto de responsabilidad civil.

El 4 de marzo de 2019, los padres “acostaron al otro bebé orientado hacia un calefactor de aire caliente, lo que le provocó un calor excesivo, ocasionando la muerte del mismo, probablemente por deshidratación”

Sobre la suspensión a favor de la madre, la fundación no se opone. “Somos conocedores que en la actualidad se encuentra en un proceso de rehabilitación, y según los profesionales progresa adecuadamente, por lo que es bueno para el menor que no pierda el contacto con su hijo”.

El 1 de marzo de 2019, según el escrito de la Fiscalía, “uno de los dos progenitores asió y presionó fuertemente a uno de los bebés por los costados, con el conocimiento del otro progenitor, que no trató de evitarlo. Lo zarandearon con brusquedad y con una fuerza desproporcionada”. El pequeño, que tuvo que ser intervenido y permaneció en la UCI pediátrica, sufrió cuatro fracturas costales.

Tres días después, el 4 de marzo de 2019, los padres “acostaron al otro bebé orientado hacia un calefactor de aire caliente, lo que le provocó un calor excesivo, ocasionando la muerte del mismo, probablemente por deshidratación”. Cuando se dieron cuenta, los padres intentaron reanimar a su hijo de un mes y medio de edad, pero no pudieron hacer nada por su vida. La Fiscalía señaló que “obviaron las normas esenciales del cuidado”.