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Un almacenista dice que “se veía a leguas” que prendas halladas en su negocio eran falsas: "No engañaba a nadie"

Juzgan a dos transportistas de Portugal y al presunto destinatario en Verín, que niega que el envío fuera para él | En el vehículo había 12.800 calzoncillos y calcetines falsos

Los tres acusados, en el juicio celebrado ayer en el Penal 2 de Ourense. En la otra imagen, la mercancía incautada por Tráfico. // J. F. / G. CIVIL

En el registro en su almacén textil en Verín se encontraron 1.086 pares de calcetines y 634 calzoncillos falsificados de siete conocidas marcas. Los agentes acudieron a su negocio seis días después de la interceptación de una furgoneta con dos transportistas de Portugal que llevaban 29 cajas con 12.800 calcetines y calzoncillos de imitación.

Un albarán indicaba que iban destinados presuntamente al almacenista, según la Fiscalía, aunque este, con 25 años en la profesión, argumentó ayer en el juicio que el segundo apellido reflejado en la nota no coincide con el suyo, así como tampoco el NIF de la empresa. Sí reconoció que, en algunas de sus compras de mercancía, en ocasiones en Portugal y otras en Madrid, “sabía que estaba comprando productos falsificados, pero no engañaba a nadie. Se veía a legua que eran falsos, no son ni parecidos”, manifestó en su interrogatorio, tratando de hacer ver que tales imitaciones eran burdas, de modo que no constituirían el delito contra la propiedad industrial por el que los tres hombres fueron juzgados ayer en el Penal 2. Algunos de los calcetines localizados en su empresa “podían llevar tres o cuatro años, estaban allí olvidados. No sabía que aún estaban”, adujo.

Las prendas falsificadas que localizó la Guardia Civil de Tráfico. // GC

Los dos transportistas lusos se acogieron a su derecho a no declarar más que para indicar que sus ingresos se limitan a 700 euros al mes, incluso menos para uno de ellos, que percibe el 70% de la nómina durante su actual baja laboral. El 21 de julio de 2016 fueron interceptados en la N-532, en Verín, por efectivos de la Guardia Civil de Tráfico.

Según manifestaron los agentes, les delató que realizaran un giro brusco a la izquierda hacia un camino estrecho y poco transitado, menos aún para el transporte de mercancías. Tras identificarlos y pedirles que les abrieran el portón, encontraron 29 cajas de cartón, sin identificación exterior, que contenían un total de 10.956 calzoncillos falsificados de cuatro conocidas marcas así como 1.800 pares de calcetines de dos marcas. Dos abogados de la acusación particular representaron en el juicio a algunas de las compañías perjudicadas. “De manera espontánea y libre”, según indicó un teniente, los transportistas indicaban a quién le llevaban el envío y mostraron el albarán. Los dos varones fueron detenidos.

Los tres acusados, en los instantes previos al juicio. // J. F.

La Fiscalía sostiene que “al menos parte de los productos incautados en la furgoneta aquel día” iban a ser entregados al almacenista de Verín encausado. “Ese día yo ni estaba aquí”, dijo este último en su interrogatorio. Cuando le exhibieron la factura, por un importe de 10.280 euros, indicó que el segundo apellido no coincidía y tampoco el número fiscal de la empresa.

Sobre la mercancía hallada en su propiedad, en el registro posterior, el encausado, que entre su clientela tiene a intermediarios que posteriormente venden en ferias y mercadillos, afirmó: “Claro que estaba destinada a la venta pero ya no sabía que estaba allí, estaba olvidada”.

La Fiscalía atribuye a los tres acusados la autoría de un delito contra la propiedad industrial. Solicita una condena de un año y medio de prisión, para cada una de ellos, sumada en el caso de los dos transportistas a una petición de multa. El ministerio público solicita que la mercancía falsa incautada en esta operación sea destruida.

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