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Compromiso por la memoria

La comarca de Celanova y Asturias rindieron ayer tributo a los Siete de Gijón, los últimos defensores de la ciudad asturiana, fusilados y enterrados en Celanova

Ofrenda floral en el cementerio de San Breixo de Celanova. | // FERNANDO CASANOVA

El Comité de Memoria Histórica de la comarca de Celanova honró este sábado a Baldomero Vigil-Escalera Vallejo, Marcelino Fernández García, Alfonso Moreno Gayol, Guillermo de Diego Álvarez, Abelardo Suárez del Busto, Belarmino Álvarez García y Mariano Blanco González, los siete últimos defensores de Gijón, que fueron fusilados y enterrados en una fosa común en el cementerio de San Breixo, en Celanova, el 22 de septiembre de 1939 en un acto de venganza e intimidación ejecutado por el pelotón de la Bandera de la Falange de Marruecos. 

Fue el primer acto de reparación de la memoria de los presos republicanos celebrado en el patio de la que fuera la prisión central durante los años de la Guerra, el actual patio del instituto de secundaria de la villa. La ceremonia fue sencilla con la participación de un cuarteto de clarinetistas de la Banda Municipal de Celanova y un recital poético a cargo de Carmen Blanco y Claudio Rodríguez. 

Comenzó con un breve saludo del alcalde de Celanova, Antonio Puga, que dio paso a los recuerdos de Celia Inés Feijóo Soto, la presidenta del Comité Histórico de la Comarca de Celanova, quien recordó que su abuelo y su padre estuvieron detenidos dentro de los mismos muros, “aquellos días de terror fascista mi padre, como miembro de la última corporación municipal republicana en el 1936, propuso hacer de este edificio un instituto, un centro de enseñanza, precisamente lo que es hoy”, dijo.

Celia agradeció “al valiente pueblo asturiano” y a su “valiente gobierno” haber respondido a la llamada del Comité de una villa “que para Asturias solo significa dolor, muerte y silencio” y señaló que con el homenaje aspiran “a algo más que ser un descargo moral, queremos que cambien aquellos sentimientos por los de justicia, verdad y memoria”, subrayó remarcando el compromiso que Asturias y la memoria gallega sellan en Celanova “para que a partir de hoy este hilo que nos une sea hierro en la memoria contra el olvido, contra el miedo, contra el fascismo que se revive por todas partes”.

Participantes en el homenaje. FdV

“La sociedad española tiene un deber de memoria con las personas que como los Siete de Gijón fueron perseguidas, encarceladas, torturadas e incluso perdieron sus vidas en defensa de la democracia y de la libertad”, dijo por su parte Manuel Calvo, director general de la administración local del Gobierno de Asturias. “La memoria democrática es el único medio posible de restañar las heridas como un deber ético para neutralizar el olvido y evitar de nuevo episodios trágicos de nuestra reciente historia”, dijo el representante del Gobierno de Asturias. 

Manuel Calvo remató su discurso destacando que “en esta batalla estamos unidos y estoy seguro de que más pronto que tarde veremos retirar esa cruz de la Bandera de Marruecos que permanece en Outeiro da Obra, levantada por los asesinos que sembraron el terror en esta bella, solidaria y comprometida comarca que es Celanova. Tenemos la obligación moral y democrática de eliminar los vestigios de la ignominia, de poner fin a esta memoria del franquismo que se impuso a base de sangre y miedo durante décadas”, aseveró.

El homenaje concluyó en el cementerio parroquial donde la presidenta del comité y el representante del Gobierno de Asturias realizaron una ofrenda floral y Carlos Domínguez leyó dos poemas elaborados para la ocasión.

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