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El personal de Urgencias denuncia el colapso del servicio: “No somos personal suficiente”

Con una media de 250 pacientes diarios, reclaman “más manos”, ya que “en todos los turnos falta alguien”

Un profesional sanitario entra con un hombre por la puerta de las Urgencias del CHUO. | // IÑAKI OSORIO

“Tenemos fotografías de los pasillos llenos de camillas durante estos días, no hay espacio para más camillas ni creemos que tengamos más camillas para poner”, dice una trabajadora del personal de Urgencias del hospital ourensano que experimenta durante las últimas semanas un aumento de la entrada de pacientes.

La Comisión de Centro ya avisaba hace días que el servicio estaba colapsado, pero varias trabajadoras del servicio lo confirman y señalan que la entrada de los pacientes se sitúa en los picos anteriores a la pandemia, pero ahora con la incertidumbre de los casos que pueden ser positivos. “Estamos colapsados, estamos con picos de entradas en las Urgencias que llegamos a ver a 250 pacientes con gran variedad de enfermedades y patologías. Para que la gente se haga una idea, antes de la pandemia los picos que teníamos eran entre 260 y 280 y ahora estamos en 250, con los casos que pueden ser coronavirus”, dice otra trabajadora del servicio.

"En todos los turnos falta alguien que no se cubre"

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El personal del servicio critica los continuos movimientos de enfermeras y celadores por los demás servicios sin refuerzos en Urgencias. “En todos los turnos falta alguien que no se cubre porque la dirección y la gerencia nos dicen que no hay personal. Hacen falta auxiliares y enfermeras, pero nos dicen que no hay y claro eso repercute en el paciente, porque hay esperas que llegan a estar 10 horas en Urgencias. ¿Qué servicio le estamos dando a los pacientes?”, dice una enfermera.

Critican la falta de disposición de los superiores a poner una solución aludiendo que “llamas a la supervisora y nunca refuerzan, siempre mueven al personal de un lado para otro para solventar la incidencia que haya en ese momento. Por ejemplo, nos envían a la unidad del despertar u otras unidades y nos sacan de Urgencias, y claro al no llegar más personal, las Urgencias se quedan sin gente”.

“La gente está cansada que la atiendan por teléfono"

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La situación de colapso en las Urgencias lleva a que el personal mande un mensaje a la gerencia del área para que ponga soluciones. Una celadora señala que “somos los que tenemos que dar la cara a los pacientes que están horas que por mucho que se les explique no lo entienden. Pedimos a nuestros jefes que respondan de forma que vean que los pacientes no son números si no que es un servicio fundamental, es la entrada del hospital y la están descuidando”.

También señalan el aspecto organizativo “hay sospechas de coronavirus que están con otros pacientes en el pasillo y eso es un peligro, que lo único que perjudica es a los pacientes. Es un caos”. Y añaden que “tendrían que reunirse y organicen el servicio de manera que se puedan mantener las distancias de seguridad mínimas y se pueda atender a los pacientes, así no se puede dar un servicio de calidad”.

Personal de baja por estrés, pacientes con dolores banales y posibles protestas

Desde el seno del personal del servicio de Urgencias arguyen que la situación es de ansiedad por el trabajo y que por ello ya hay varias personas que están de baja por estrés y cansancio. No solo esa es una de las consecuencias de un servicio al que asisten personas por “un tapón en los oídos, un dolor en un ojo o con un ojo rojo, por un dolor de garganta o enfermedades banales”.

El personal de Urgencias achaca este bum de pacientes con este tipo de enfermedades porque “la gente está cansada que la atiendan por teléfono y la Primaria no está funcionando bien, entonces nos derivan muchos pacientes que llegan a Urgencias”.

Y todo este colapso a las puertas del otoño cuando posiblemente las entradas aumenten. Desde el personal estudian diferentes formas de visibilizar la caótica situación que están viviendo para que se ponga una solución, ya que llevan así semanas sin que haya un remedio.

“Nos decían que de la pandemia íbamos a salir mejores, pero nosotros estamos con menos personal, más pacientes y una situación límite”, dice una celadora del hospital ourensano.

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