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Galicia entera vista desde una vespa

35 socios del Club Vespa y Lambretta Avispados de Ourense realizaron un recorrido por las cuatro capitales de provincia

Los socios que participaron en la aventura partieron ayer desde el Puente Romano. | // FERNANDO CASANOVA

Llevaban desde el 2008 sin hacer esta misma ruta y ayer, por fin, se quitaron las ganas de encima. Ganas acumuladas –más si cabe– por la interrupción que supuso el coronavirus, a partir del cual los recorridos que realizaron los integrantes del Club Vespa y Lambretta Avispados de Ourense se redujeron en duración y asistentes –por prevención–.

“Hace trece años participamos 150 vespas. En esta ocasión somos 35, pero en algunos de los puntos en los que paramos nos juntamos con socios de otras entidades similares”, cuenta Camilo Vila, presidente de la organización. “Visitamos las cuatro capitales de provincia, pero también enclaves maravillosos de la costa y el interior, en un fin de semana”, resume este hombre cuya pasión gira en torno a las motos desde que a los 12 años su padre le dejó montar en una.

Ayer por la mañana, cuando el sol aún no calentaba, 35 conductores y sus vespas salieron de la capital en dirección Pontevedra, por la carretera nacional Allí llegaron alrededor de las 10.30 horas, donde realizaron una pequeña parada técnica para comprobar que todo estaba en orden y conforme a lo previsto.

Los siguientes lugares de la geografía gallega en los que se detuvieron fueron Porto do Son y Finisterre, en donde hicieron un alto para repostar sus estómagos (no solo el combustible mueve las vespas). Ya por la tarde, y una vez reposada la comida, recorrieron la ruta de los faros, por la Costa da Morte, con calma para disfrutar del impresionante paisaje y apagaron los motores, alrededor de las 20.00 horas, en A Coruña para descansar hasta hoy.

La última vez que realizaron esta misma ruta fue en 2008. | // F. CASANOVA E. Filgueira

Esta jornada dominical la dedicarán a visitar Betanzos, Lugo (y su muralla) y Monforte de Lemos, antes de llegar de nuevo a la ciudad de As Burgas. Desde la organización calculan que estarán en Ourense nuevamente a las 19.30 horas, aproximadamente. Lo que se traduce en un recorrido exprés por toda Galicia en menos de dos días.

“Aprovechamos el viaje también para juntarnos con los de las asociaciones de Pontevedra, A Coruña y Ferrol, así como con los de Lugo y Monforte. Nos acompañan durante una parte de cada trayecto y es una forma de hacer piña”, explica Vila.

Lamenta, por otro lado, que no se hayan animado a sumarse el resto de clubes de Galicia. “En el 2008 participaron integrantes de otras asociaciones desde el principio. Y lo organizaba una entidad de propietarios de vespas de Vigo que ya se desintegró. Por aquel entonces era el club más grande de los que había conformados en Galicia. Actualmente el de Ourense es el que más tiene, con 138 socios”, celebra después de horas de organización y trabajo no remunerado como máximo responsable de la entidad.

“Al final esto es una forma más de compartir afición y hacer amigos para toda la vida”, apunta minutos antes de arrancar la moto de nuevo para continuar recuperando, poco a poco, algunas de las mejores cosas que ofrecía la ‘vieja’ normalidad.

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