Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Una Festa da Istoria en formato reducido y con aforo limitado por el COVID

Pese a que no era obligatoria la indumentaria medieval, la gente continuó la tradición

La música invadio las calles de Ribadavia. // F. CASANOVA

En 2020, poco después de salir del confinamiento no hubo viaje en el tiempo posible para los ourensanos. Acostumbrados a reservar el último fin de semana de agosto para celebrar la Festa da Istoria –algunos incluso vuelven antes de sus vacaciones para asistir al evento– tuvo que cancelarse por completo por ser un fin de semana en el que se producen grandes aglomeraciones en las calle de Ribadavia.

Las mascarillas no faltaron entre la indumentarial medieval. | // F. C.

Este año, los coordinadores apostaron por retomar la tradición –que ya forma parte del ADN de la comarca del Ribeiro– aunque en un formato reducido y sin puestos de comida y bebida por las calles. Los que deseaban quedarse a disfrutar de la gastronomía y vinos locales tuvieron que hacerlo apoyando a la hostelería de la villa.

Tampoco hubo maravedíes –las monedas medievales con las que se realizaban todas las transacciones a lo largo del día– en esta ocasión.

Los integrantes del Coro da Istoria, antes de su actuación, volvieron a entonar sobre el escenario un año más. | // F. CASANOVA F. CASANOVA

Programación adaptada

Con un aforo reducido, el Castillo de los Condes Sarmientos acogió parte de las actividades que otrora se distribuían por diferentes puntos de la localidad y a horas simultáneas –algunos se repetían en diferentes horarios para que todo el público pudiera disfrutarlos–.

Por la tarde, alrededor de las 18.30 horas se llevó a cabo una exhibición de esgrima medieval –lo que más suele gustar al público más pequeño– y a continuación (a las 20.00 horas) los asistentes puedieron disfrutar del baile de las ‘Donas sen Cabaleiros’.

Por las calles de la ciudad –tanto en horario matutino como vespertino– también se dispusieron los típicos puestos que configuran el zoco artesanal y que permiten a los visitantes deleitarse con demostraciones de oficios de la época.

Se estimó oportuno no llevar a cabo el gran juego de ajedrez con figuras humanas en el que participaban niños todos los años y cancelar el desfile de trajes medievales que daba comienzo a la fiesta por la mañana mediodía. En su lugar, a las 22.00 horas se organizó un desfile en el castillo y, a las 23.00, un espectáculo de fuego y acrobacias con especialistas en hípica.

La música corrió, a lo largo de toda la jornada, a cargo de las voces de un coro, un grupo de música antigua, otro de pandereteras y un concierto de música folk a cargo del grupo Grimorium.

Este año el traje medieval no era obligatorio, pero los más pequeños tenían ganas de sentirse en otra época. // F. CASANOVA

“Es una inyección clave para la economía de Ribadavia”

“Organizamos las actividades pensando en que los seres humanos somos de costumbres. E igual que a todo el mundo le costó empezar a salir de casa después del confinamiento, entendemos que la misma dinámica seguirá el volver a las fiestas sin las que antes no podíamos vivir. Aunque también es cierto que la gente tiene ganas de disfrutar”, explicaba Yolanda Gómez, del grupo de coordinación del evento desde hace años. Las pérdidas del año pasado por la cancelación de la Festa da Istoria son incalculables, literalmente.

No hay datos oficiales porque la organización no depende del Concello. “Pero es una inyección importantísima para la economía de Ribadavia y alrededores porque hay bares que subsisten gracias a este evento, sobre todo los de la plaza Mayor y el casco histórico”, analiza. En los últimos años, además, se controlaba que los precios de las comidas y bebidas no se disparasen o resultasen excesivamente caros para los visitantes, lo que animaba más al consumo en los establecimientos locales. “También se vigila la calidad del vino que se vende, que sea del Ribeiro de verdad”, apunta Gómez sobre una de las claves que hizo ganar adeptos a la celebración.

Un futuro incierto pero esperanzador

Desde la organización no tienen claro que el próximo verano se vaya a desenvolver, bajo la batuta de la antigua normalidad, la Festa da Istoria, pero esperan que así sea para que no se pierda la tradición. “En 2020 teníamos clarísimo que este verano sería de tranquilidad y la realidad nos ha demostrado que hay que ir con calma todavía. Así que a ver qué pasa en los próximos meses”, finaliza.

Compartir el artículo

stats