La Asociación de Vecinos O Cimborrio que representa a las calles de la “zona cero” de la movida nocturna insiste en que la vigilancia conjunta de todas las policías contra el botellón cerrando plazas o haciendo vigilancia preventiva antes de que se produzca, no ha solucionado el problema, pues tras la reapertura del ocio nocturno “el botellón legal sigue” y lo llaman legal porque el consumo de alcohol se realiza en las terrazas hosteleras, con ruidos hasta la madrugada.

Afirman que “los propios hosteleros nos pidieron, exigieron, en algún caso, que deberíamos acabar con el botellón, como si lo hubiésemos promocionado nosotros o no lo hubiésemos denunciado hasta la saciedad. Con la caída del consumo del alcohol a niveles nunca alcanzados y por las molestias que les genera a los clientes de la hostelería se busca que el único alcohol que se consuma ahora sea en las terrazas”, afirma O Cimborrio. Pero sigue generan do ruidos afirma muy por encima de lo permitido.

Este “botellón legal en las terrazas” como lo denominan consideran que los han convertido en “zona de sacrificio” pese a que esas calles del casco histórico están declaradas “saturadas de ruido desde 2002”, explican en relación a lo que dice la Ordenanza de Ruidos, en su articulado, “y no se realiza ningún control acústico, para no tener que dar explicaciones; el vecindario sigue sufriendo las mismas molestias que en fechas anteriores, sin poder abrir las ventanas pese al enorme calor por los ruidos procedentes de las terrazas, la música y las peleas. Felicitarse por haber bajado las denuncias por ruidos es una interpretación torticera de un dato” considera la asociación vecinal O Cimborrio.