San Roque, uno de los patrones con más celebraciones en Galicia, también en pandemia, es considerado por la diócesis de Ourense “santo protector de la ciudad en tiempos de pestes y males” –como bien pudiera ser el COVID–, desde que en 1679 se le rogó una solución divina frente a la epidemia de peste. Hasta principios del siglo XX, las de San Roque fueron las fiestas principales de la ciudad de As Burgas.

El alcalde, Gonzalo Jácome, y concejales de todos los grupos de la corporación, salvo el BNG, así como la Policía Local con la intendente María Barrera al frente –San Roque es el patrón del cuerpo–, participaron en el acto religioso celebrado ayer en la catedral de San Martiño, presidido por el obispo, Leonardo Lemos.

El obispo, con el incensiario ante la imagen de San Roque. // BRAIS LORENZO

El prelado acudió a recibir a las autoridades civiles. Por segundo año consecutivo, debido al COVID, no se celebró la tradicional procesión, que recorría parte del casco histórico, con origen y final en la catedral y parada en la iglesia de Santa Eufemia.

El alcalde, junto al resto de concejales que participaron en el acto religioso. // BRAIS LORENZO