El aún llamado Plan Especial de Reforma Interior (PERI) del casco viejo de Ourense acaba de cumplir 24 años desde su aprobación. Nació como carta urbanística para marcar las pautas de “resurrección” arquitectónica y socioeconómica de un casco histórico depauperado, pero ese plan “no ha cumplido las expectativas, sino que 24 años después está ya obsoleto, no se ven los logros y ha creado un norte y un sur, con zonas más recuperadas y otras que siguen igual o apuntaladas” explica Rafael Castro, presidente del Colegio Oficial de Arquitectos de Ourense.

No culpa a los técnicos. El PERI será sucedido a medio o largo plazo (depende como siempre de la agilidad de las administraciones y en particular de sus políticos) por el Pepou –el Plan do sitio de interese histórico e das fontes termais das Burgas–, pero no ha conseguido el desarrollo esperado casi 5 lustros después “porque no basaba con un plan urbanístico, sino que tenía que haber ido acompañado por proyectos de apoyos de las administraciones de tipo socioeconómico, demográfico, para favorecer la implantación del comercio y dotar servicios próximos de los que carece y hacerlo atractivo”, apunta Rafael Castro. Las subvenciones a la rehabilitación no impidieron la caída demográfica en la zona.

Ahora mismo, “hay dos zonas muy diferentes, la norte y la sur, una el entorno de la Catedral con edificios incluso rehabilitados por los hosteleros para mejorar su negocios y la zona sur”, afirma, “todavía a medio gas”.

Considera que el nuevo plan debe de analizar en que falló el actual, “y potenciar no solo ese desarrollo urbanístico y que conservar el valor histórico, sino debe de ir acompañado de todo aquellos que lo haga atractivo para que las personas quieran vivir en él o crear su negocio”, advierte Castro, debe ser más permisiva en la rehabilitación interior de edificios muy angostos por ejemplo para facilitar sin dañar su exterior su rehabilitación interior para vivienda; facilitar zonas de estacionamiento cercanas a las viviendas para que, sin que el coche tenga que estar al lado del domicilio, se pueda aparcar lo suficientemente para facilitar el llevar la compra a casa por ejemplo, y dotar servicios dentro o en el perímetro exterior próximo, como supermercados o zonas de comercio en general”, indica el presidente del Colegio de Arquitectos de Ourense.

A pie o en bici

No es partidario de rebajar las medidas de control del tráfico ni de la peatonalización e incluso vería bien promover el movimiento interno no solo a pie, “sino en bici o patinete eléctrico” afirma que la movilidad interna “no incluya un flujo continuo de vehículos, y alta velocidad, como está ocurriendo pues algo que valoran los nuevos vecinos que eligieron el casco viejo, es la tranquilidad”, indica.

De hecho y pese a las muchas carencias que aún quedan “las personas que han decidió irse a vivir al casco histórico suelen estar encantadas de su decisión”.

Por su parte la concejala de urbanismo Sonia Ogando, lo primero que ha hecho a su regreso es convocar otra reunión de la comisión de seguimiento del Pepou para el 2 de septiembre. Ahí se avanzará sobre el borrador y alegaciones al plan que han presentado los grupos políticos. Al menos además de los políticos, un equipo calificado de técnicos municipales de la oficina del Peri, está al frente, porque el Colegio de Arquitectos de Ourense no ha sido invitado a esta comisión de seguimiento, que pretende elaborar un nuevo plan que sume ideas para mejorar el obsoleto Peri.