Mientras la pandemia no lo permita, la fiesta del pulpo de O Carballiño se adapta a las circunstancias sanitarias, sin dejar de lado la exaltación del producto estrella de la comarca.
Sin la tradicional comida en el parque que solía reunir a miles de personas, la degustación se trasladó este fin de semana a la hostelería y a los domicilios.
Una treintena de restaurantes, ajustados a las restricciones del nivel alto –en Carballiño hay 62 casos activos de COVID– incluyeron el producto en sus propuestas y una veintena de pulpeiras elaboraron y despacharon en la calle.
Fue una fiesta del pulpo distinta, pero con gran afluencia, a la que puso música la agrupación Cantigas e Agarimos, que actuó por la tarde en la plaza de la Veracruz.